viernes, 28 de agosto de 2009

El telar en Grecia

En la sociedad griega la mujer estaba considerada como un ser inferior al hombre, según autores como Platón o Cleonice de Aristófanes, por lo que estaba alejada de los dos terrenos principales de la vida pública: la Asamblea y el campo de batalla. Estando relegada de esas funciones sociales, corresponde entonces a la mujer griega la preeminencia en la vida cotidiana y en el hogar, reconociéndose su predominio en estas labores.

En este artículo voy a hablar del telar, del arte de tejer, pues era un terreno exclusivo de la mujer y donde ella podía explayarse. Su superioridad en este terreno está confirmada en textos de Sócrates y Glaucón. La importancia del telar la vemos ya reflejada en el mito de la diosa Atenea, patrona de las tejedoras y orgullosa de su talento hasta el punto de transformar a Aracne en araña debido a que ésta la superaba en su habilidad. Pandora, la mujer que trajo los males al mundo, también era una virtuosa tejedora, alumna de Atenea. Encontramos tejedoras también en la literatura: quizá la más famosa de ellas sea Penélope, esposa de Ulises, quién utilizó su telar para frenar a sus pretendientes mientras esperaba a que llegase su marido de Troya.

Aquí podemos ver una separación entre las funciones del hombre y la mujer: él va a la guerra y ella permanece en el hogar tejiendo. En esta división de funciones encontramos algo más que roles dentro de la sociedad. El trabajo del telar se consideraba un trabajo mecánico, en el que no se necesitaba usar la razón, mientras que la política y la guerra eran funciones en las que era necesaria la intelectualidad.

Confinadas las mujeres entonces a estos trabajos, tuvieron que buscar la manera en la que utilizar el telar para desarrollar actividades “no racionales”, para utilizar la astucia y conseguir sus objetivos. Un grupo de mujeres tejiendo o incluso una sola mujer tejiendo en la soledad de su hogar, parecía una imagen inofensiva y cotidiana para los hombres, pero éstos no sospechaban que podían estar tramando mil asuntos y planeando otras tantas intrigas y artimañas.

En este sentido se podía hablar de que las mujeres crearon una religión basada en el telar y en las funciones que realizaban a través de él. Tendrían entonces tres divinidades principales: por supuesto Atenea, las tres Moiras que tejen el destino de los hombres y Afrodita, a la que Safo llamó “tejedora de engaños”. Muchas mujeres encontraron en el arte de tejer la solución a sus problemas: Penélope, como hemos dicho, conservó su patrimonio gracias a su tarea de tejer y deshacer lo tejido durante veinte años; Helena de Troya tejió los sucesos de la guerra alcanzando casi la perfección; Electra reconoció a su hermano Orestes tras ver una tela que ella misma le había tejido; por último, podemos hablar de Filomela, la hija de Pandión, violada y recluida en una cabaña en el bosque por su cuñado Tereo, consiguió contarle a su hermana Procne todo lo que le había pasado mediante imágenes en una tela.

La tela es usada entonces como un instrumento mediante el cual la mujer consigue lo que quiere sin que nadie sospeche nada de su labor. Es un medio de comunicación a los demás y además, ofrenda para las diosas tutelares de esta dedicación. Podría hablarse de un lenguaje específico que los hombres no alcanzaban a comprender, ya que para ellos y para la sociedad en general, la imagen de la mujer tejiendo dentro de su casa era la representación misma de la virtud, la moral y la castidad, cuando en realidad la tela era un instrumento utilizado a voluntad por las mujeres. Podían usarla como excusa para evadir otras tareas, para tejer velos y vestidos con los que manipular a los hombres, para reunirse entre ellas sin que pareciera que urdían algo… Expresiones actuales como “tramar”, “urdir” o “tejemaneje” vienen de esta concepción de la labor de tejer.

1 comentario:

  1. Hola, sabrias decirme.. ¿ cual es el objeto que servía para proteger a las mujeres mientras tejían en Grecia ?
    Gracias =)

    ResponderEliminar