viernes, 28 de agosto de 2009

El origen de los dioses griegos

La principal fuente en la que me voy a basar es la Teogonía de Hesíodo, obra escrita a finales del siglo VIII a.C en la que se narra el origen del cosmos y el linaje de los dioses, así como la manera en la que Zeus se constituyó en el centro de toda la mitología.

En primer lugar existió el Caos y después Gea. En el fondo existía Tártaros y Eros, que se le menciona como un sentimiento más que como un dios antropomorfo. Del Caos surgió la Noche y Érebos. De la unión de los dos hermanos nacieron el Día y el Éter. De Gea nació Urano, las Montañas, las Ninfas y el Ponto (el mar).

Gea y Urano tuvieron una larga descendencia, los Titanes, destacando el más joven de todos ellos, Cronos, quien nació odiando a su padre. Hermanos suyos fueron los Cíclopes y unos monstruos a los que Hesíodo no da nombre que son descritos con cien brazos y cincuenta cabezas. Son los hecantóquiros.

Urano sabía que no sólo Cronos, sino que todos sus hijos le odiaban, así que haciendo gala de su crueldad, no dejaba a Gea dar a luz, dejando a los hijos dentro de su vientre. Gea, hinchada y cansada, urdió un plan con sus hijos. Cronos se ofreció a llevar el plan a cabo y una noche, cuando Urano quiso acostarse con Gea, Cronos sacó su mano armada con una hoz afilada y cortó los genitales de su padre. Ésos cayeron al mar y de la espuma que formaron nació Afrodita, que llegó a las costas de Chipre.

Rea y Cronos tuvieron a Hestia, Démeter, Poseidón, Hera, Hades y Zeus. Cronos, temiendo que le sucediera lo mismo que a su padre, se iba comiendo a sus hijos según nacían, provocándole sufrimiento a Rea. Cuando Zeus nació, Rea decidió entregar el bebé a su suegra, Gea, para que lo cuidara, y ella entregó a Cronos una piedra envuelta en pañales. Al cabo de un año, Cronos vomitó la pesada piedra y detrás de ella, a todos sus hijos.

Zeus entonces tuvo que enfrentarse a los Titanes, pues éstos no querían quedar por debajo de él, así que lucharon durante diez años. Para esto tuvo que liberar del Tártaro a los hecantóquiros y a los cíclopes, quienes forjaron para él el rayo. Zeus obtuvo la victoria y los tres hermanos olímpicos se repartieron el poder: Zeus se quedó en el cielo, Poseidón el mundo submarino y Hades el mundo subterráneo. Aun así, antes de establecerse en el cielo, Zeus tuvo que vender a los gigantes y destruir a Tifón.

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