viernes, 18 de marzo de 2011

Los turdetanos

Los turdetanos eran el pueblo íbero que habitaba en la Turdetania, territorio que abarcaba la cuenca del Guadalquivir desde el Algarve en Portugal hasta Sierra Morena. Estos límites coinciden con los de la antigua civilización de Tartessos. Este hecho provocó que los turdetanos fueran considerados por Estrabón como uno de los pueblos más cultos de Iberia, ya que conocían la escritura y tenían conciencia de su evolución histórica.

Como muestra de la definida personalidad cultural de los turdetanos, encontramos un tipo de cerámica característica, pintada y con decoración geométrica con escultura animalística que posteriormente sería cambiada a humana y que se ha encontrado sobretodo en Osuna. Además, los turdetanos tenían una lengua propia descendiente del tartésico y un alfabeto distinto al de otros pueblos.

La minería era uno de los recursos más importantes de los que disponían los turdetanos y las factorías dedicadas a la extracción y manufactura de los materiales se encuadraban en Huelva, Cádiz y Sevilla. Se extraía cobre y sobretodo plata, y la propiedad de las minas estaba en manos particulares hasta la llegada de los romanos. En cuanto a la agricultura, estaban muy avanzados, puesto que conocían el arado y el trillo gracias a Cartago y antes de la llegada de los romanos. Cultivaban cereales, olivo y vid. No se tiene clara la gestión de las tierras de cultivo. En cuanto a la ganadería, se dedicaban a los bueyes, las ovejas y los caballos. En la costa mediterránea existía la pesca y sus industrias como el salazón y la fabricación del garum.

La sociedad turdetana estaba basada en los pequeños reyes que surgieron tras la caída de Tartessos. Las ciudades establecían alianzas entre ellas y por lo general se cree que tenían un carácter pacífico. Existían una servidumbre comunitaria, que no esclavos, dedicados a las labores mineras y agrícolas, dependientes de una clase dominante. El poder político dependía directamente del poder militar.

En cuanto a su religión, apenas hay registros y documentación arqueológica, y no hay aún una relación clara entre las figuras y animales que aparecen en la decoración de la cerámica y sus creencias. Hay divinidades de finales de la Edad de Bronce que se asimilan con los dioses traídos por los fenicios y cartagineses en las distintas colonizaciones. Estrabón habla del santuario fenicio dedicado a Melkart-Hércules en Gadir, otro dedicado a Tanit y un oráculo dedicado a Menesteo. Se han encontrado en distintas cuevas de Sierra Morena gran serie de ofrendas votivas, sobre todo pequeñas esculturas de bronce. El ritual funerario que usaban se basaba en la cremación, durante la cual se quemaba el cadáver con sus vestidos y pertenencias personales.

Los turdetanos fueron vencidos por el ejército de Amílcar Barca a mediados del siglo II a.C., quien estaba interesado en el control de las minas de Sierra Morena. Los turdetanos consiguieron aliarse con algunos celtíberos pero aún así, no pudieron evitarlo. Medio siglo más tarde, la situación se repetía cuando Marco Porcio Catón llegó a la península para apaciguar las revueltas. Los romanos lograron que los celtíberos abandonaran a los turdetanos y éstos fueron vencidos en Iliturgi, provincia de Jaén.

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domingo, 13 de marzo de 2011

Los bastetanos

Los bastetanos constituyen el pueblo íbero que habitaba en la Bastetania, territorio que ocupaba las actuales provincias de Granada (donde estaba la capital), Albacete, Jaén, Almería y Murcia. No funcionaba realmente como una entidad política sino más bien a nivel cultural. Era un pueblo semitizado y según Estrabón, asimilado a los bástulos, aunque Plinio y Ptolomeo los consideraban dos pueblos distintos, uno situado en la costa y otro, en el interior. El nombre que tenían antes de que los romanos denominasen a este territorio como Bastetania era Massiena.

Como resto material importante, tenemos que destacar la Dama de Baza, que parece formar parte de un ajuar funerario encontrado en la ciudad del mismo nombre, en la actual provincia de Granada. las teorías se debaten entre si fue el enterramiento de una guerrera divinizada o de una reina-sacerdotisa.

La actividad económica más importante de la Bastetania era la minería, que estaba centrada en Carthago Nova. Además de con el comercio de metales, también obtenían ganancias gracias al esparto y al garum (salsa de vísceras de pescado) y el salazón.

Socialmente cabe creer que se basaban en monarquías divinas de tipo orientalizante heredadas del mundo tartésico y una nobleza que se repartía la producción.

En cuanto a sus creencias religiosas, se piensa que pudieron adorar a un dios, un "señor de los caballos" protector de la vida y la muerte, cuya presencia se atestigua en varios bajorrelieves encontrados en Jaén y Almería.

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