lunes, 22 de noviembre de 2010

Los berones

Los berones son un pueblo prerromano de la Península Ibérica con un marcado carácter céltico, identificado ya por los cronistas romanos de la época como Estrabón. Se ubica en la actual provincia de La Rioja y su presencia allí está atestiguada desde el siglo II a.C., aunque se cree que podrían existir en la zona como comunidad transhumante desde el siglo IV a.C. asentándose dos siglos después. En el siglo I a.C. se les conocía por estar enfrentados directamente con Sertorio, según Tito Livio.

Los principales asentamientos fueron Vareia (capital de facto situada en los alrededores de Logroño), Libia (actual Herramélluri o Leiva), Tritium (actual Tricio) y Bilibium (posteriormente sería Bilibio) junto a las Conchas de Haro donde se separan las provincias de Burgos, Álava y La Rioja.

Vivían dispersos por las laderas de los montes en casas de planta cuadrada. Las únicas defensas con las que contaban eran los propios muros de las casas. Vivían fundamentalmente de la caza, la pesca y la recolección, y seguramente daban más importancia a la ganadería que a la agricultura, dada su tradición trashumante.

En cuanto a sus creencias, son similares a los de otros pueblos celtas. En varias ciudades riojanas se han encontrado altares vinculados a Mercurio-Lug y también figuras en honor a Epona.

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domingo, 14 de noviembre de 2010

Los edetanos

Los edetanos constituían el pueblo prerromano localizado al sur de la provincia de Castellón y al norte de la Comunidad Valenciana. Son mencionados por varios autores clásicos como Estrabón, Plinio el Viejo y Ptolomeo, aunque entre ellos existen algunas contradicciones en cuanto a la frontera norte, que Estrabón lleva hasta el río Ebro y Ptolomeo, a la actual Zaragoza.

Los edetanos se organizaban como un grupo de ciudades independientes que se confederaban cuando lo creían conveniente, como fue el momento de la conquista de Hispania por Roma. El líder de esta confederación, Edecón, en la época que nos ocupa, no tenía realmente más autoridad que los jefes del resto de tribus, sino que era considerado primus inter partes, el primero entre iguales. Las ciudades más destacadas son Edeta, Sucro y Arse, la actual Sagunto.

Los asentamientos que se conservan muestran una estructura basada en la calle central en torno a la cual se levantaban el resto de edificios. Esta zona comenzó a poblarse a partir de la Edad de Hierro y la mejora de las técnicas agrícolas, con el aumento demográfico que ello supuso.

En cuanto a la religión, se cree en la posibilidad de que existiese un pequeño santuario a Pales, diosa de los pastores, en la ciudad de Edeta antes de su destrucción en el 175 a.C. Esta diosa, sin embargo, no es íbera, sino una importación romana. En una cerámica tenemos la representación de la diosa Potnia, señora de los caballos relacionada posiblemente con Epona. En cualquier caso, parece ser que sus lugares preferidos de culto eran las cuevas y otros hábitats naturales.

Económicamente hablando, lo más seguro es que se dedicasen a la agricultura cerealística y a la horticultura en menor grado, aprovechando los bancales de los ríos. Tenían sus propias cecas, supongo que como resultado del contacto comercial con griegos, fenicios, etc.

El pueblo edetano está investido de una gran importancia pues su situación estratégica junto al Mediterráneo hizo que tanto romanos como cartagineses luchasen por su lealtad durante las guerras púnicas. Los edetanos cambiaron de bando según lo que más les conviniese.

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viernes, 12 de noviembre de 2010

Los pelendones

LLos pelendores fueron un pueblo celtibérico situado en el norte de la actual provincia de Soria, el sureste de Burgos y el suroeste de La Rioja. Apiano nos dice que estaban emparentados con los numantinos y los arévacos, siento éstos últimos los que les empujaron hacia Soria. Los pelendones son conocidos especialmente por la "cultura de los castros sorianos".

Existen cuatro ciudades principales: Numancia (hasta que se la apropiaron los arévacos), Augustóbriga, Viscintium y Savia, de la que no se conserva ningún resto arqueológico. Como es evidente, las cuatro ciudades estaban edificadas a modo de castros, estructuras típicas indoeuropeas de la Edad del Hierro. Se sabe que incluían murallas, torreones y fosos. Sus necrópolis eran los llamados campos de urnas, donde se enterraban las cenizas de los difuntos en recipientes cerámicos.

En cuanto a la religión que profesaban, conocemos los nombres de algunos de sus dioses gracias a la epigrafía, como Lugodes, Drusuna o las Matres, las cuales eran adoradas por varios pueblos indoeuropeos.

Su economía estaba condicionada por la zona en la que vivían, montañosa y boscosa. Tenían una agricultura escasa basada sobre todo en el trigo y la cebada, y ganadería vacuna, de la que obtenían leche y carne. También hay constancia de que se alimentaban de conejos y que el ganado ovino estaba dedicado principalmente a la obtención de la lana. No se han encontrado almacenes para excedentes por lo que se cree que en caso de existir el comercio, estaría dedicado al consumo inmediato de bienes y no al almacenaje de reservas

No se conocen demasiados datos acerca de su organización social pero se cree que es posible que la tierra pudiese estar dividida de forma comunal, al menos la mayor parte de ella; en cualquier caso, hay vestigios de pequeñas divisiones de parcelas por lo que quizá con el tiempo esas tierras fuesen heredadas, surgiendo algo parecido a la propiedad privada. Las relaciones entre los pobladores seguramente estarían basados en lazos de lealtad e interés que proporcionarían una gran cohesión interna.

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miércoles, 13 de octubre de 2010

El culto a los muertos en la Antigüedad

Dada la cercanía de la noche del 31 de octubre, he pensado en hacer una pausa en la colección de breves artículos de los pueblos prerromanos de la Península Ibérica para pasar a explicar el significado y las costumbres acerca del culto funerario en diversas civilizaciones de la Edad Antigua. Todos sabemos la historia de Halloween y también hemos oído hablar del Samhain celta pero... ¿había otras épocas consideradas apropiadas para el culto a los muertos? ¿Qué divinidades y creencias estaban relacionadas con esto? Intentaré responder estas preguntas en el siguiente artículo.

Comenzaremos en Babilonia. No tenemos demasiados detalles acerca del culto funerario, pero sí sabemos que se enterraba a los muertos en los jardines o bajo el suelo de las casas, y que a menudo se les dejaban ofrendas por lo que se concluye que tenían una creencia en el más allá, o cuanto menos, en la pervivencia del alma tras la muerte.

Seguimos el camino en el Antiguo Egipto. Todos sabemos acerca de la importancia que los egipcios otorgaban a la muerte y de su preocupación porque todo estuviera perfecto a la hora de morir. Los cuerpos eran embalsamados y colocados en tumbas con ajuares más o menos numerosos para que no le faltara nada al muerto en el otro lado. No había ritos funerarios más allá de los que se realizaban desde el momento de la muerte hasta que se depositaba el cuerpo en la tumba. Después de eso, la familia tenía simplemente que mantener la tumba en buenas condiciones puesto que lo importante, que era facilitar el paso del alma al otro mundo, ya se había realizado.

En Grecia existían varias festividades dedicadas a los difuntos y concretamente en Atenas se celebraban las Genesias a primeros de septiembre, durante las cuales se hacían ofrendas a los muertos y también a la diosa Gea. A pesar de esto, el día 30 de cada mes se dedicaba a los parientes fallecidos, aunque no eran actos públicos como las Genesias sino que cada familia lo celebraba en la intimidad de su hogar.

En Roma se enterraba a los muertos a ser posible cerca de los vivos, porque tenían la creencia de que seguían pululando por la tierra y seguramente ejerciendo las misas actividades, por lo que al cazador se le enterraba con su arco, al agricultor con sus aperos, al soldado con su espada, etc. Se les dejaban flores e incluso se organizaban banquetes alrededor de las tumbas para compartirlos con el difunto. En cuanto a festividades concretas para los difuntos, tenían las Lemuria, celebradas el 9, 11 y 13 de mayo, durante las que se apaciguaba a los espíritus familiares que habitaban en el hogar.

Los celtas celebraban la noche de Samhain a finales de octubre, la noche más larga del año en la que el mundo de los vivos se fundía con el de los muertos ya que el velo que los separa normalmente caía. Para ellos era el comienzo del año y aprovechaban para honrar la memoria de los ancestros. Esto mismo hacían los pueblos del norte de Europa a mediados de noviembre, cuando celebraban el Einherjarblot.

Algo más lejos, en la Antigua China, el confucionismo otorgaba una gran importancia al culto a los antepasados, pues existía la creencia de que éstos podían castigar o premiar las acciones de los que quedaban vivos. Para los antiguos japoneses, los espíritus de los muertos se convertían en pequeños dioses, kamis, que adquirían el carácter que el difunto había tenido en vida y tenían una presencia permanente.

Hasta aquí unas breves pinceladas acerca de este tema. Hay mucho más que contar y otros pueblos de los que hablar, os invito a ampliar la información participando en el foro: Culto a los muertos

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lunes, 4 de octubre de 2010

Los ilergetes

Los ilergetes son un pueblo prerromano situado en lo que hoy conocemos como Huésca, Lérida y parte de Zaragorza y Castellón. Su cultura está basada en el sustrato indígena íbero más los impulsos recibidos durante la Edad de Bronce por parte de otros pueblos indoeuropeos. Se cree que al menos en la zona norte eran hablantes de protoeuskera. Su capital era Atanagrum, desconocida hasta la fecha, y le seguían en importancia Ilerda, la actual Lérida, que en ciertos momentos fue considerada capital.

Tenían una sociedad basaba en la figura de un rey que se rodeaba de una fuerte oligarquía con un carácter militar muy marcado. Cuando llegaron los romanos a la Península Ibérica, éste era uno de los pueblos más avanzados y además, eran buenos comerciantes que incluso hacían transacciones con moneda propia. Había ciudades que tenían organizaciones parecidas a las curias, pero se cree que esto pudo ser por influencia romana.

Su economía se basaba en la ganadería y el grano, habiéndose encontrado un importante número de molinos. Esto se acompañaba de un gran desarrollo de la orfebrería, la metalurgia y todo lo relacionado con lo textil. La cerámica tenía influencias griegas y fenicias.

Destacan entre los ilergetes las figuras del rey Indíbil y su lugarteniente Mandonio, quienes se enfrentaron en numerosas ocasiones a Roma durante la Segunda Guerra Púnica, ya que se aliaron con Cartago. La decadencia de los ilergetes comienza a finales del siglo II a.C., momento en el que fueron sometidos por Catón.

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sábado, 11 de septiembre de 2010

Los iacetanos o jacetanos

Los iacetanos son el pueblo prerromano que habitaron el norte de Aragón, justo en el límite con los Pirineos. Su capital era la actual ciudad de Jaca. Se dice que ocuparon también parte de la provincia catalana de Lérida y Huesca por lo que es posible que tuviesen relación con los aquitanos. No está claro si son vascones o no, ya que las fuentes clásicas no son unánimes en este sentido. Algunas teorías creen que se trata de un pueblo aquitano que se estableció en tierras vasconas. El pueblo iacetano deja de aparecer en las fuentes hacia el siglo II a.C., cuando fueron adscritos a Roma en calidad de estipendiarios.

Se cree que tendrían una estructura matriarcal y que su economía se basaría en la ganadería (pastoreo) y en la agricultura, que seguramente estaría dedicada a la actividad pastoril. Los constantes saqueos a sus vecinos los suesetanos, poseedores de mucho cereal, les proveerían de sus necesidades. Dispusieron de cecas con las que acuñaban su propia moneda, en la que podemos apreciar el alfabeto ibérico.

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lunes, 30 de agosto de 2010

Los vascones

Los vascones fueron el pueblo prerromano que habitaba en la actual provincia de Navarra, noroeste de Aragón, noreste y centro de la Rioja y el este y el noreste del País Vasco. Los romanos describen esta tierra como despoblada a excepción de pequeñas tribus salvajes. A estas tribus indígenas (los que serían quizá llamados auténticos vascones, los que habitaban en la actual Navarra) se les unirían grupos celtas provenientes de Centroeuropa, que pasarían a ser llamados también vascones por instalarse en esa misma zona.

En cuanto al origen de los vascones, hay dos teorías principales. Una les hace descendientes de los íberos, para lo cual muestran como prueba la piedra de Botorrita, con inscripciones íberas. La otra teoría dice que los vascones tienen origen bereber y que llegaron a la Península Ibérica como resultado de emigraciones provenientes del norte de África. Personalmente, aún me falta información para decantarme por una así que de momento, no me pronuncio.

La economía de los vascones se basaba sobretodo en la ganadería y en la pesca y recolección, aunque al igual que otros pueblos del norte también se dedicaban al saqueo de tribus vecinas. La agricultura la practicaban aquellas tribus cercanas al valle del Ebro. Estrabón los define como un pueblo salvaje e indomable, ya que aunque fueron romanizados, nunca se adaptaron realmente a la vida romana y pusieron toda la resistencia posible.

En cuanto a la organización social, parece ser que existía una jerarquía social basada en la clase guerrera. Al igual que en otras tribus celtibéricas, cada clan elegía a un jefe de entre los más notables. Se sabe asimismo de la existencia de una especie de Consejo de Ancianos, lo que se cree adoptaron como herencia íbera.

Rendían culto a la Luna y a los bosques, y disponían también de augures que leían el futuro en las entrañas de víctimas que en ocasiones seguramente fuesen humanas.

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sábado, 28 de agosto de 2010

Los cántabros

LLos cántabros eran una tribu del norte de la Península Ibérica que ocupaba las actuales provincias de Cantabria, el norte de Palencia, Burgos y León y la parte oriental de Asturias. Estaban formados por distintas tribus que parece ser que colaboraban entre sí, sin existir ninguna que tuviese supremacía por encima de los demás. Los cántabros se caracterizan por la colaboración entre ellos en la lucha contra Roma, siendo de los pocos pueblos, si no los únicos, que no accedieron a colaborar con los romanos. El caudillo Corocotta parece ser quien organizó militarmente a las tribus contra Roma.

Parece ser que el origen de los cántabros se sitúa en torno a los siglos VII y VI a.C., pero no aparecen en los documentos hasta el siglo III a.C. Arqueológicamente, éste sería también el momento en el que comienzan a adquirir rasgos celtibéricos. Hay teorías que afirman que hasta ese momento, los cántabros hablaban una lengua preindoeuropea similar al protovasco pero que después adquirieron una lengua celtibérica. En cualquier caso, parece ser que el propio nombre de “cántabro” tiene una etimología céltica, pues se lo hace derivar de “cant”, piedra, y “abr”, región, por lo que hay quien traduce “cántabro” como “montañés.

Económicamente, su subsistencia era muy similar a la de sus vecinos norteños. Su alimentación se basaba en la bellota y en la ganadería menor, especialmente la cabra. Cazaban jabalíes y los que estaban cerca de la costa, pescaban. También hacían incursiones a las tierras de los vacceos y turmódigos. No conocían la moneda así que utilizaban el trueque.

La estructura social era matriarcal; es decir, la mujer heredaba los bienes y recibía la dote al contraer matrimonio. Las mujeres eran las encargadas de las labores agrícolas mientras los hombres se dedicaban a la caza y a la guerra. Sabemos por las fuentes romanas que los hombres llevaban túnicas atadas con un cinturón y que las mujeres llevaban vestidos con dibujos de flores, destacando el color rosa.

Tenían costumbres que asombraron a los romanos, como la de dejar a los enfermos en los caminos para ver si alguien que pasase por allí les podía curar, ya que ellos tenían conocimientos limitados. Almacenaban la orina de los animales para usarla para su higiene y parece ser que bebían sangre de caballo, aunque no olvidemos nunca que son datos aportados por cronistas romanos.

Tenían un culto basado en el animismo, venerando a montes, bosques, ríos, animales... Existen estelas solares y conocemos el nombre de un dios, Erudinos, aunque no sabemos qué carácter tenía. Se sabe de la existencia de un dios de la guerra que posteriormente fue asimilado a Marte y al que se sacrificaban caballos, cabras y prisioneros de guerra. Hay una inscripción dedicada a una diosa madre llamada precisamente Cantabria, aunque yo pienso que más que una diosa madre puede tratarse de una divinización del territorio. También hay un dios del mar que fue asimilado a Neptuno, aunque su aspecto era el de un joven con un collar de media luna y un delfín y un tridente en las manos.

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viernes, 27 de agosto de 2010

Los vacceos

Los vacceos ocuparon prácticamente la parte occidental de la actual comunidad de Castilla y León. Se cree que son descendientes de la cultura Hallstatt que tuvieron que emigrar desde el norte de Europa debido a la presión de los pueblos germánicos. Están documentados en las fuentes escritas desde el siglo III a.C., pero seguramente su antigüedad se remote tiempo atrás. La característica más destacada de este pueblo es su conexión con los pueblos del sur de la península, como Tartessos, debido a una ruta comercial de estaño, que sería conocida posteriormente por los romanos como Vía de la Plata, ya que éste era el metal que se importaba desde el sur. Este contacto pudo posibilitar la evolución cultural de los pueblos del interior.

Destaca entre la arqueología dedicada a los vacceos un cambio fugaz en su arquitectura, pues existe un cambio de la llamada Cultura del Soto con sus cabañas circulares de adobe con techumbre cónica a las conocidas como oppidas vacceas, ciudades más urbanizadas y con casas rectangulares. Los restos arqueológicos dan muestras de incendio en algunos yacimientos así que podemos pensar que la destrucción de las aldes favoreció una reconstrucción de las casas en las que se introducirían también estas novedades.

En cuanto a su economía, Diodoro es quien nos informa de la práctica de algo parecido al “colectivismo agrario”; es decir, cada año las tierras se repartían, poniéndose en común los frutos. Aclaro que esto no quiere decir que tuvieron un concepto de “igualdad”, ya que hay evidencia de diferencias sociales en los ajuares funerarios. Suponemos entonces que se reparto se haría en función de las necesidades y del rango. Se cree que seguramente se dedicaban al cultivo cerealístico, aparte de por las grandes extensiones que requiere, porque se sabe que los vacceos abastecieron a los numantinos en más de una ocasión y también porque se han hallado restos de silos y almacenes para el grano. Hay que destacar, siempre según Diodoro, que existían una pena de muerte para los que no cumplieran con el reparto del grano.

Existía una jerarquización social basada en la diferenciaión entre equites e infantes; es decir, los guerreros que tenían caballo y los que no. Así, por medio de las tumbas y sus ajuares, vemos que los ancianos que habían sido soldados en su juventud gozaban de un gran prestigio entre el resto de la sociedad. Solían llevar vestidos de lana negra, la cual obtenían de cabras salvajes. Parece ser que hay evidencias de que tenían esclavos.

En cuanto a las creencias, se basaban en el animismo que desarrollaban hacia ríos, montañas, etc. También hay constancia del culto a Lug, Epona y a las Matres, aunque creemos que esto es posterior y que sus formas antropomorfas vienen influidas por otros pueblos. No hay constancia de un sacerdocio institucionalizado.

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miércoles, 25 de agosto de 2010

Los astures

El territorio de los astures comprendía la actual comunidad autónoma de Asturias, las provincias de León y Zamora, y parte de Lugo, Orense y Braganza, ésta última ya en territorio portugués. Se cree que su “composición” étnica sería una mezcla de población autóctona y grupos centroeuropeos. No formaban un grupo unitario sino que parece que se trataba más bien de pequeñas aldeas autosuficientes organizadas en comunidades locales. Esto se ha visto no sólo en la cerámica, que presenta peculiaridades regionales, sino también en la lengua, en la que destacan aún así términos comunes provenientes del celta indoeuropeo. Floro, Plinio el Viejo, Ptolomeo, Estrabón y más tarde, San Isidoro, son las fuentes clásicas en las que se habla de los astures.

Se cree que el término “astur” viene porque esta tribu habitaba principalmente en las orillas del río Astura (actual Esla), cuya etimología vendría a significar “paso difícil”. También se lo ha hecho provenir del euskera ura (agua), asturu (suerte), aztikeria (magia), aztura (costumbre), y en este caso vendría a ser la manera en la que los vascones denominaban a los celtas. Personalmente, me inclino más por la primera teoría ya que en toda Europa existen topónimos relacionados con ríos con la misma raíz etimológica. Además, se deduce la importancia del río para estas tribus ya que en sus aguas se han encontrado espadas, depositadas allí a modo de ofrenda votiva al propio río.

La estructura social de los astures era matrilineal, es decir, que era la mujer la que heredaba y por tanto, la que poseía los bienes de la familia. Según Estrabón, el hombre entrega una dote a la mujer y las hijas heredaban y se encargaban de buscar esposa a sus hermanos. También se ha encontrado entre los astures la práctica de la “covada”, es decir, que la mujer seguía trabajando nada más dar a luz mientras el hombre permanecía en la cama cuidando del bebé. Muy característico de esta zona era también el vestido tejido con lana negra de ovejas xaldas, una especie autóctona. Sus leyes permitían despeñar a los criminales y lapidar a los parricidas.

Respecto a la economía, se basaba principalmente en la ganadería (cabras y cerdos sobretodo) la cual se complementaba con una agricultura no intensiva de cebada, escanda y lino. En invierno consumían principalmente bellotas y sus derivados. Debido a esta escasez en productos agrícolas, solían hacer bastantes incursiones a las tierras de los vacceos, que tenían una agricultura mucho más rica y mejor desarrollada. Se sabe que mantenían un intenso comercio de metales con la zona atlántica, lo que posibilitó la aparición de una élite guerrera que dominaba este comercio.

En cuanto a las viviendas, se organizaban en castros con casas circulares o elípticas, rodeados por murallas y fosos a partir del siglo VI a.C. No existía ningún orden urbano sino que las casas se apelotonaban. La zona más occidental fue teniendo cada vez más influencia celta mientras que las regiones orientales se acostumbraban a los modos continentales, adoptando incluso la forma rectangular de las casas, pero toda esta evolución se detuvo con la llegada de los romanos.

La religión practicada por los astures no es demasiado conocida pero gracias a la epigrafía sabemos de los nombres de algunos de sus dioses: Bodo, Camenio, Caraedudi, Cosiovio... y algunos sincretismos con el panteón romano como Júpiter Candamus. La simbología típicamente indígena que aparece en las estelas funerarias se basa en signos astrales, el caballo y el ciervo.

A la llegada de Roma, tras varias escaramuzas y ataques a traición aprovechando lo escarpado del terreno, los astures se sometieron a los romanos e incluso formaron parte de sus tropas auxiliares gracias a su experiencia en el arte de la batalla a caballo, utilizando los famosos asturcones. Se sabe de presencia de guerreros astures en prácticamente todas las fronteras del Imperio Romano.

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lunes, 9 de agosto de 2010

Los galaicos

Conocemos como galaicos al conjunto de tribus localizados en el noroeste de la Península Ibérica, ocupando la actual Galicia y limitando al este con los astures y al sur con los lusitanos. Habría que excluir del territorio gallego parte de las comarcas de Orense y Lugo donde habitaban astures. Se cree que el nombre de galaicos viene de callaecos y éste a su vez del antiguo irlandés caill, galés celli y córnico kelli, quedando patente su origen celta, en cualquier caso.

Una de las características más determinantes de estos pueblos eran sus asentamientos en forma de castros, de los que aún hoy quedan numerosos vestigios (más de dos mil). Estos poblados con casas de forma circular se usaban también en el resto de Europa durante la Edad de Bronce y la Edad de Hierro, pero concretamente en esta zona de la Península Ibérica sirvieron para denominar como “cultura de castros” o “cultura castreña” a estos pueblos, antes de la llegada de los romanos. Tras la Pax Romana, muchos abandonaron los castros para irse a vivir a los valles pero en realidad esta forma de habitar nunca se dejó del todo.

Su economía se basaba sobretodo en la ganadería, la caza y la recolección, si bien también cultivaban la tierra aunque en menor medida y limitándose a la cebada, la escanda y el cerro. Según los autores romanos, se trataba de sociedades matriarcales y democráticas en las que el jefe de la tribu era elegido por los representantes de los clanes, quienes a su vez eran elegidos por los miembros del clan. En cualquier caso y a modo de opinión personal, pienso que lo más seguro es que más que tratarse de una democracia, se tratase de una aristocracia y que este tipo de decisiones relacionadas con jefes y representantes quedasen en manos de la clase guerrera. Así mismo, el sentido de la palabra “matriarcal” en este contexto hay que explicarlo en cuanto a que la mayoría de las actividades económicas eran realizadas por las mujeres y que la herencia de bienes se trasmitía por vía femenina.

Sabemos por primera vez de los galaicos gracias a Apiano, quien nos informa de que se aliaron con los lusitanos y los vetones para enfrentarse a los romanos. Sin embargo y aunque tras la llegada de Julio César a la región los ánimos se calmaron, nunca hubo una romanización propiamente dicha en esta zona sino más bien control político y militar.

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jueves, 5 de agosto de 2010

La Hispania prerromana

Entendemos como pueblos de la Hispania prerromana todas aquellas tribus que ocupaban un espacio más o menos definido en la Península Ibérica, que desarrollaron características propias que permiten hacer una diferenciación más o menos clara entre unos y otros. Como se puede ver en el mapa, la realidad étnico-cultural inmediatamente anterior a la llegada de los romanos era bastante compleja, ya que había más tribus de las que aparecen en la imagen y seguramente existieran grupos que hoy desconocemos.

Respecto al origen de estos pueblos, hay varias teorías según la zona de la que hablemos, aunque no todas están confirmadas. Expongo aquí las más populares aunque también son discutibles:

- Origen tartésico: se aplicaría al sudoeste penínsular y estaban considerados los más civilizados.
- Origen íbero: englobaría a los habitantes del Levante, incluyendo algunas áreas de Aragón y del interior de Cataluña también. Se cree que era población autóctona (aunque está sin demostrar) y con raíces no indoeuropeas.
- Origen celta: habitantes de la Meseta y del centro peninsular, llegados con las invasiones del siglo VIII a.C., guerreros y dominadores.

La estructura de estos pueblos era tribal, basada en la acumulación del poder en torno a la figura de un rey o caudillo y no llegaron a establecer auténticas ciudades; quizá este paso llegó a darse en Tartessos, donde hay pruebas de la especialización del trabajo y un comercio organizado. Se dice que la evolución de estos pueblos hacia la Edad de los Metales fue a través del comercio con los griegos y fenicios, que hizo que estas novedades fuesen extendiéndose por todo el territorio, aunque yo abogo más por una teoría quizá más evolucionista: las novedades y adelantos fueron surgiendo de forma interna en cada pueblo, seguramente por iniciativas individualistas, y obviamente, fue avanzando y perfeccionándose con el contacto con sus vecinos y pueblos extranjeros.

Todos estos pueblos, en especial los de la Meseta, se basaban en una economía básica agrícola de trigo y cebada y especialmente ganadería bovina, ya que era símbolo de riqueza. También se practicaba la caza mayor de jabalíes y ciervos. Todos estos cambios favorecieron que se necesitasen mejores herramientas. Esta economía se complementaba con el cultivo de pequeños huertos. Aunque se ha mencionado el cultivo de plantas medicinales, personalmente no lo veo probable dado el crecimiento espontáneo de estas especies en la propia naturaleza y de manera abundante.

En cuanto a su labor industrial, ésta se centraba en la cerámica y en la metalurgia, destacando especialmente los trabajos de joyería. La construcción de viviendas era bastante rudimentaria en cuanto a materiales, basados principalmente en la piedra y el barro, aunque se han encontrado restos de madera también en especial usada como postes. La estructura era circular y unifamiliar, con un hogar en la parte central.

Poco a poco iré desarrollando las características de cada pueblo para comprender las diferencias entre unos y otros, más allá de la localización geográfica. Veremos cómo la forma de vida de cada uno de estos pueblos depende en gran medida del clima y de su entorno y de qué manera les afectan las relaciones con los pueblos vecinos.

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jueves, 22 de julio de 2010

Los dioses hititas

Por lo general no hay demasiado interés hacia el pueblo hitita y las referencias a él suelen ser en relación a las guerras que mantuvieron con el faraón Ramsés II. Sin embargo, constituyeron uno de los más grandes imperios de la Antigüedad hasta su desaparición a manos de los Pueblos del Mar y los bárbaros kaska. Los hititas contaron con una gran organización social, política y militar que les hicieron dominar gran parte de Oriente Próximo a lo largo del tiempo. Pero en esta ocasión voy a hablar de su religión y sus dioses, harto desconocidos pero no por ello menos interesantes, ya que nos dan una idea bastante aproximada de la mentalidad de este pueblo del que sólo se parece conservar una imagen guerrera.

La religión de los hititas ha sido llamada “de los mil dioses”, debido a las numerosas divinidades que conformaban su panteón. Por supuesto, no todo eran dioses propios sino que también adoptaron a los de otras culturas cercanas geográficamente y con las que tenían contactos comerciales. Los reyes eran considerados escogidos por los dioses y eran los responsables de llevar a cabo los ritos religiosos, por lo que si algo malo sucedía, se culpaba al rey por no ritualizar correctamente.

Entre todos los dioses destaca Teshub, dios del trueno y de la lluvia. Era adorado principalmente en la actual Kurdistán. Era representado como un guerrero con casco, hacha y un triple rayo en la mano, y montaba sobre los toros Seri y Hirru (Día y Noche). Estaba casado con Arinna, diosa del sol, aunque se cree que este nombre no es el de la divinidad sino el del lugar donde se le rendía culto, por lo que había que decir “diosa de Arinna”. Teshub y Arinna tuvieron a los dioses de la tormenta Nerik y Zippalanda y a Telebinu, la divinidad agraria, entre otros, de quien existe un mito en el cual se enfada y se va a pasear por las estepas, dejando que los campos no germinasen, que los manantiales se secaran y que los animales no procreasen, lo que nos recuerda a las consecuencias que tiene la ausencia de la diosa griega Démeter mientras busca a su hija Perséfone.


Otra diosa importante era Aserdus, diosa de la fertilidad que estaba unida a Elkunirsa, el creador del universo. También encontramos a Sausga, que era el equivalente hitita a la diosa Ishtar. Por supuesto, existía también la figura de la Diosa Madre llamada Hannahanna y una diosa de la sanación, Kamrusepa.

En cuanto a los mitos, no se conocen demasiados pero los que hay reflejan prototipos que también se encuentran en otras mitologías, como por ejemplo la babilónica. Así, encontramos que Teshub, antes de ser dios del cielo, tuvo que vencer a su padre Kumarbi, quien a su vez derrotó a su padre Anu, quien sustituyó al creador Alalu. Teshub también tuvo que vencer a una criatura peligrosa para afirmar su poder, el dragón Illuyanka, y fue ayudado por una de sus hijas.

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miércoles, 21 de julio de 2010

Las Motillas: el Bronce Manchego en Ciudad Real

Las motillas son unas fortalezas circulares dispuestas en anillos concéntricos en torno a una gran torre central. Constituyen una de las estructuras más características de la Península Ibérica y se encuadran dentro del Bronce Manchego (2200 - 1500 a.C.) Se separan unas de otras unos cuatro o cinco kilómetros y se encuentran junto a ríos, humedales y lagunas típicas del área manchega. Las mayores concentraciones se encuentran en el municipio de Daimiel y en torno a las Lagunas Ruidera, aunque quedan aún muchas estructuras por estudiar y se cree que a lo largo del Guadiana y sus afluentes pueden aparecer más.

Al principio se tomó a la cultura de las Motillas (llamadas Morras en Albacete para diferenciar que las primeras estaban construidas sobre llanos, y las segundas, sobre cerros) como una extensión de la cultura de El Argar pero poco a poco se ha descubierto que se trataba de una manifestación indígena sobre la cual se desarrollaría más tarde la cultura íbera, con influencia de el Argar y el Bronce Valenciano, pero con características propias, cuya principal de todas es, paradójicamente, la ausencia casi total de objetos de bronce. Respecto a su población, se trataba de habitantes sedentarios dedicados sobretodo a la agricultura y la ganadería.

La función de las motillas era la gestión y acumulación de los recursos económicos. Existen pozos para almacenar el agua, silos para el cereal (cebada y trigo), zonas habilitadas para el ganado (ovejas, cabras y cerdos) e incluso se realizaba cerámica y otras actividades artesanales en su interior. Los enterramientos se basan en inhumaciones en las que el muerto era colocado en posición fetal dentro de un agujero en el suelo que en ocasiones era reforzado con mampostería o lajas, adosados a los muros de las casas o a la muralla, pero siempre coincidiendo con los límites del poblado. Los niños se enterraban en vasijas, Los ajuares son escasos y poco representativos, tan sólo hay algunos puñales y vasos de cerámica en algunos enterramientos de adultos.

La organización y estructuración de las motillas da pie a pensar en que existía entre estos pobladores una jerarquía social y política que se encargaba de gestionar y coordinar los trabajos que conllevaban la construcción y mantemiento de estas estructuras y sus habitantes.

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lunes, 28 de junio de 2010

Las tropas auxiliares en el Ejército Romano

Cuando pensamos en el ejército romano, se nos viene la imagen de un aparato militar firma y poderoso. Vemos infantería pesada, caballería, arqueros... y si pensamos que conquistaron medio mundo conocido, no podemos más que pensar que estaban muy preparados. Y no es que no sea cierto, pero tampoco podemos dejarles todo el mérito a los romanos, ya que el ejército romano se completaba con tropas auxiliares reclutadas en las zonas en las que se hacía campaña. Estas tropas completaban las carencias que tenían los militares romanos y además, proporcionaban sistemas novedosos y muy útiles a desarrollar sobre el terreno. En un primer momento, se les contrataba sobre la marcha para campañas concretas pero ya en época de Augusto, pasaron a formar parte del ejército regular. Estos soldados recibirían como premio la ciudadanía romana tras 25 años de servicio.

Estas tropas auxiliares al principio se mezclaban con los soldados romanos tanto en los campamentos como en el campo de batalla, pero a mediados del siglo I d.C., fueron separadas de las legiones y se establecieron en sus propios campamentos, llamados castellum. Por este motivo, hubo que cambiar su organización y ampliar su número, ya que resultaban pocos a la hora de agruparse para lanzar un ataque en plena batalla. Las cifras finales se quedaron en 800 infantes, 720 jinetes, o 800 soldados y 240 caballeros, según fueran cohortes de infantería, alas de caballería o cohortes equitatas.

El armamento y la forma de vestir eran diferentes según la procedencia de las tropas, como por ejemplo los arqueros sirios, los jinetes africanos, la caballería parta... Los mandos siempre eran ciudadanos romanos, por lo general un caballero miembro del ordo equester, así como los centuriones y decuriones. Obviamente y por precaución, era mejor que las tropas extranjeras estuviesen controladas por ciudadanos romanos para evitar sublevaciones de cualquier tipo y sorpresas de última hora. En cualquier caso, había unidades a las que por ciertas acciones meritorias, se les equipaba de la misma manera que a los legionarios aunque conservaran armas propias.

Con el tiempo, aproximadamente a mediados del siglo II, las tropas auxiliares comenzaron a homologarse con las regulares, por lo que el ejército romano perdió eficacia y volvió al punto de partida. Aparte de esto, en esa época se unieron al ejército romano nuevas tropas de bárbaros que eran difíciles de encuadrar en las unidades ya existentes, por lo que se tuvieron que crear algunas nuevas. Aún así, volvió a repetirse la historia: estas nuevas tropas se hicieron permanentes y en el siglo IV, ya no había distinción entre los auxiliares y los regulares.

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sábado, 19 de junio de 2010

El solsticio de verano en Roma

Desde el comienzo de los tiempos se ha celebrado el solsticio de verano, fenómeno astrológico que suele acontener el 21 de junio y que indica que el sol ha llegado a lo más alto; es el día con más horas de luz del año. A partir de este día, los días irán acortándose hasta llegar al solsticio de invierno, el 22 de diciembre, el día más corto del año.

En la Antigüedad, ya se tenía constancia de este hecho y en muchas civilizaciones en todo el mundo se celebraba el esplendor del sol con eventos relacionados sobretodo con el fuego como símbolo solar por excelencia. No hay que pensar que esta celebración tenía un carácter religioso siempre, a pesar de que muchas civilizaciones lo asociaron a sus mitos. Los mahometanos, por ejemplo, celebraban y celebran esta fecha a pesar de que ellos se rigen por un calendario lunar, quizá como reminiscencia de cultos orientales y evidentemente pre-islámicos.

En la Antigua Roma, se celebraba en este día el matrimonio de Júpiter y Juno y para simbolizar su unión se utilizaba el roble. De hecho, todo el mes de junio estaba consagrado por Juno y por lo tanto, al matrimonio, siendo considerado mejor mes para casarse. También se dedicaba este día a Servio Tulio, sexto rey de Roma, quien fue protegido por la diosa Fortuna e incluso su amante, según la tradición, e introductor de su culto. Todos los niños que se concebían en esta fiesta eran considerados hijos del fuego.

Las celebraciones consistían principalmente en encender hogueras por toda la ciudad, que debían ser saltadas un número impar de veces (normalmente tres o siete) para conseguir buena fortuna. Además, en las casas se encendían velas o antorchas que eran veladas toda la noche para que no se apagaran, como símbolo de la fuerza del sol, que debía ser alimentada para que no se extinguiera.También era costumbre navegar por los ríos en barcas adornadas con flores.

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martes, 8 de junio de 2010

Ishtar

Ishtar es una diosa mesopotámica que fue adorada por los babilonios, los sumerios (con el nombre de Innana) y los fenicios (con el nombre de Astarté). Representaba el amor, la fertilidad y la vida y la podemos encuadrar en el prototipo de Diosa Madre. Se la supone hija del dios de la luna, Sin, y de la Luna misma, Nannar. Su consorte es el dios Tammuz, que a su vez era su hermano. Tiene un carácter astral, ya que ha sido identificada con el Sol, la Luna, el planeta Venus y las estrellas formando constelaciones. Su símbolo, de hecho, es una estrella de ocho puntas, y la palabra estelar viene derivada de su nombre.

La leyenda por la que Ishtar es especialmente conocida es aquella en la que desciende a los infiernos para buscar a su esposo. Ereshkigal, su hermana, era quien lo retenía allí, ya que tenía poder sobre la vida y la muerte. Tuvo que atravesar siete puertas, perdiendo una prenda de ropa cada vez que atravesaba una, hasta que llegó al infierno, totalmente desnuda. Ereshkigal la mató y la colgó de un clavo.

Debido a la ausencia de Ishtar, la Tierra comenzó a languidecer. Papsukal, el sirviente de Ishtar, les contó lo sucedido a los dioses, quien lograron de volverle la vida y sacarla de los infiernos. La única condición que tuvo que cumplir fue permitir que Tammuz pasara seis meses en el infierno, durante los cuales ella lamentaba su pérdida. Se cree que en esta leyenda tiene su origen la Danza de los Siete Velos.

El culto de Ishtar estaba relacionado con la prostitución sagrada, mediante la cual se revelaban los Grands Misterios de la Diosa. Las prostitutas de Ishtar se ofrecían a aquellos que quisieran experimentar a la diosa a través de ellas a cambio de una suma de dinero para el templo. Hay que precisar que en aquellos tiempos, este tipo de prostitución no tenía las connotaciones que le vemos hoy día. Era un orgullo ser una prostituta del Templo de Ishtar, no sólo para la mujer que la ejercía, sino para toda su familia, ya que implicaba un servicio directo a la diosa y una actividad mística y religiosa que ayudaba a la prosperidad de la ciudad.

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viernes, 4 de junio de 2010

La invención de la rueda

VUno de los inventos fundamentales en la historia de la humanidad es sin duda alguna la rueda. Su aparición mejoró los sistemas de transporte, favoreció avances en la alfarería y permitió la fabricación de máquinas complejas en conjunción con otros elementos. No podemos precisar el momento exacto de su aparición, ni los factores que llevaron a su descubrimiento, pero sí existen algunas teorías al respecto y son las que voy a mostrar en este artículo.

Se piensa que el nombre "rueda" proviene de la raiz indoeuropea "rota", que a su vez provendría de "ret", "rodar". Es una secuencia lógica que se cree que surgió en los pueblos próximo-orientales, desde los que se difundió hacia Occidente, introduciéndose en los dos lenguajes principales del Mediterráneo: el griego y el latín. Respecto al razonamiento podría haber llevado a la fabricación de la primera rueda, seguramente se basó en la observación directa de la naturaleza: un tronco que rodaba, una piedra con formas redondeadas...

Se cree que el origen de la rueda está en el neolítico y que formó parte de la serie de avances tecnológicos que permitieron el paso a la Edad de Bronce. Seguramente surgió en Mesopotamia en el 5º milenio a.C, aplicado primero a la alfarería y después a los carros. Un milenio más tarde, se introduciría en Europa. Yendo en dirección contraria, llegaría hasta la India y hasta China, ya en el 2º milenio a.C. En cuanto al continente americano, que no tuvo contacto con estas civilizaciones, encontramos las evidencias de la rueda en fechas tardías, en el 1500 a.C. Antes de que este dato pudiera utilizarse para elaborar teorías acerca de las capacidades intelectuales y quién sabe qué más, diré que en esa zona no había animales grandes de tiro, por lo que no surgió la posibilidad de utilizar carros; además de que las civilizaciones más avanzadas de América habitaban terrenos escapardos. Recordemos que los inventos surgen a partir de la aparición de una necesidad.

Las primeras ruedas constaban simplemente de una forma circular con un agujero central en el que se insertaría el eje; posteriormente se añadirían los radios, que proporcionarían más velocidad y ligereza. Los celtas añadirían un revestimiento de hierro a modo de llanta, que los romanos sustituirían por bronce. Los daneses usaron cojinetes de madera que suavizaban la fricción de la rueda. No se introdujeron más mejoras en este sentido hasta el siglo XIX. Durante la Edad Antigua, la rueda se utilizó sólo para el transporte y la alfarería. Habría que esperar hasta la Edad Media para que comenzase a utilizarse en la construción de maquinaria más compleja.

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miércoles, 26 de mayo de 2010

La diversión en la Antigua Grecia

Para darnos un respiro entre datos históricos y fechas, hoy vamos a ver en qué se entretenían los antiguos griegos en sus ratos de ocio. No tenemos demasiados datos aunque mediante la observación de los motivos de las cerámicas y algunos objetos hallados en excavaciones algo se puede dilucidar a este respecto. Las tumbas de niños han sido relevantes a la hora de conocer los juguetes con los que disponían, así como los altares de los dioses a los que los niños ofrendaban sus juguetes cuando llegaban a la edad adulta.

En cuanto a los juguetes para bebés, se han encontrado campanitas y biberones con formas de animales. Para niños más mayores hay peonzas, aros, cometas, carretes (nuestros yo-yós)y muñecas de terracota o madera, algunas incluso con miembros articulados. También se sabe de un juego llamado ephedrismos que consistía en golpear a distancia un objeto clavado en el suelo. El que perdía debía llevar sobre los hombros al ganador, quien le tapaba los ojos mientras un tercero le daba indicaciones verbales para llegar a determinado sitio. Los adultos tenían juegos como los dados, y también se han encontrado tableros y fichas de los que se desconocen las reglas.

Al margen de las actividades lúdicas, otro modo de entretenimiento que tenían los griegos era acudir a los baños, donde además de llevar a cabo la higiene personal, se reunían con otros ciudadanos para charlar. También acostumbraban a dar largos paseos por las stoas, pórticos largos decorados con frescos y mosaicos en los que debatían sobre política y filosofía.

La música y el teatro eran también los actividades de las que gozaban los ciudadanos libres de Grecia. Al teatro estaba permitida la entrada de todas las clases sociales, e incluso se cree que habia subvenciones especiales para ciudadanos con poco nivel adquisitivo. A esto hay que añadir también los eventos deportivos.

Cabe la posibilidad de preguntarnos cómo era que gozaban de tanto tiempo libre y la respuesta es muy sencilla. En la civilización griega, los trabajos manuales y artesanos no estaban bien vistos, así que eran los metecos y los esclavos quienes se encargaban de todo esto. Mientras tanto, los ciudadanos libres podían dedicarse a cultivar la mente y el espíritu.

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lunes, 24 de mayo de 2010

La Dama de Elche

Quizá no voy a hacer un artículo demasiado original dado todo lo que hay escrito sobre esta escultura íbera, pero aún así, dada su importancia, quiero dedicarle un espacio en el blog puesto que representa a una de las muchas culturas que habitaron la Península Ibérica y por lo tanto, es parte de nuestra herencia, en mayor o menor medida. Se trata de un busto íbero datado entre los siglos V y VI a.C., que mide unos 56 centímetros y que cuenta en su parte trasera con una cavidad que se cree servía para depositar algún tipo de ofrendas, por lo que se ha barajado la posibilidad de que no fuese la representación de una dama sino de una diosa infernal (¿Tanit? ¿Astarté?), aunque otra opción es que ese hueco servía para depositar cenizas de un difunto, por lo que la escultura sería una urna funeraria.

La zona en la que fue encontrada constituyó un poblado íbero llamado Helike (en griego) y que posteriormente sería renombrado como Illici Augusta Colonia Julia por los romanos. Más tarde, los árabes tomarían el nombre Illici y lo derivarían en Elche. Actualmente, la pieza constituye uno de los tesoros del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Está situada en el centro de una sala no demasiado grande (al menos cuando yo la ví la última vez), de modo que se puede rodear y contemplar en su totalidad.

La mayor importancia de la escultura es que podemos ver en ella un atuendo típicamente ibérico, seguramente el que llevaban las mujeres de clase alta. Además, conserva restos de los colores originales, lo que desmonta la teoría de que esta escultura es un fraude llevado a cabo en el siglo XIX. En esa época, a ningún artesano se le habría ocurrido colorear una escultura "clásica". Lleva una túnica azul y una mantilla rojiza sujeta con una peineta. Encima de esta túnica azul llevaba un manto grueso de tonos color tierra. Los labios están pintados y el rostro conserva el color original de la piedra caliza en la que está tallada la figura, caliza naranja. Las llamativas ruedas que cubren sus orejas están sostenidas por la diadema que lleva en la frente y es una pieza de joyería típica de esta cultura, según la descripción que Artemidoro nos da en una de sus obras. Además, lleva numerosos collares y colgantes con pequeñas figuritas que se cree son copias de piezas fabricadas en Jonia y que pasaron después a Etruria. Es de destacar que a pesar de que vestimenta, tocado y joyas poseen un estilo íbero, el rostro sigue modelos griegos.

La zona en la que apareció la escultura ha permitido el descubrimiento de un poblado íbero-púnico, sobre el que posteriormente se edificaron casas romanas de las que aún se conservan mosaicos y hasta el alcantarillado. Por encima de los restos romanos, se hallaron los de una basílica cristiana datada en el siglo V d.C.

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miércoles, 19 de mayo de 2010

Ampurias

Hace un par de semanas he visitado la colonia griega de Ampurias así que he decidido escribir un artículo sobre la historia de esta ciudad. El nombre de Ampurias deriva del griego Εμπόριον, que significa "mercado" o "almacén comercial". Su importancia le viene por ser la primera colonia griega y romana de la Península Ibérica, una puerta de entrada no sólo de productos de consumo sino de toda una cultura que poco a poco fue introduciéndose entre los pueblos indígenas. Fue fundada en el año 575 a.C. por un grupo de foceos que la establecieron como enclave comercial para la zona occidental del Mediterráneo.

Cuando los griegos llegaron a la bahía de Rosas, encontraron allí a un pueblo indígena, los indiketes, que estaban a medias entre el Bronce Final y la I Edad de Hierro y tenían una economía basada en la agricultura y una ganadería de subsistencia. Los indiketes serían de los primeros pobladores en comerciar con los griegos.

Cuando los foceos arribaron a la costa, tenían un interés simplemente comercial. En un primer momento, no pretendían colonizar, así que desde el primer momento se dedicaron al intercambio de productos con gentes de la zona, que estimularon su producción de bienes de consumo para poder obtener lo que les ofrecían los griegos, especialmente el vino. Unos 25 años más tarde, lo que en principio era un puerto comercial se extendió un poco más hacia el interior, según nos cuenta Estrabón en su Geografía. De esta manera, pronto comenzaron a convivir griegos e indiketes. La población de la ciudad aumentó considerablemente cuando los foceos se vieron hostigados primero por los persas y después por los cartagineses, y buscaron refugio en Ampurias.

A partir de este momento, la ciudad vivió un gran esplendor durante el siglo V a.C., convirtiéndose en un punto clave del comercio mediterráneo. Los acuerdos políticos y comerciales que es establecieron con los indiketes favorecieron tanto a éstos como a los griegos, por lo que la zona siguió creciendo. Un siglo más tarde, empezarán a acuñarse monedas de tipo griego. Con el comienzo de las Guerras Púnicas, Ampurias se declaró aliada de Roma, favoreciendo así la llegada de los primeros romanos a la ciudad, que en principio serían soldados.

Ampurias nunca fue sumisa a la República Romana sino que existía una relación de igualdad, tal como nos cuenta Tito Livio en Ab Urbe Condita Los romanos se establecieron fuera de los límites de la ciudad griega, ocupando una zona tierra adentro y rodeándose con una muralla. Aún así, poco a poco los habitantes de la ciudad griega se fueron romanizando por el contacto hasta que durante el mandato de Augusto se concedió la ciudadanía romana a los habitantes griegos, pasando a ser considerada Ampurias una misma unidad, aunque en origen fuesen dos zonas diferentes. Indika, la ciudad de los indígenas, siempre permaneció independiente de la ciudad grecorromana.

El declive de Ampurias comenzó cuando se vio ensombrecida por las colonias próximas de Tarraco (Tarragona) y Barcino (Barcelona). En el siglo I d.C. la ciudad empieza a ser abandonada y algunos edificios comienzan a derrumbarse, aunque la parte romana de la ciudad conservó cierta importancia hasta la invasión normanda del siglo IX.

Es muy recomendable la visita a las ruinas. La visita está estimada en una hora y media pero mis acompañantes y yo estuvimos allí casi tres horas, aprovechando el buen tiempo y que apenas había gente. También es imprescindible echar una ojeada al Museo, que aunque pueda decepcionar por el escaso número de piezas expuestas, sí es cierto que es una selección muy acertada.

Esperamos que en los próximos años se hagan más descubrimientos acerca de Ampurias, especialmente de la parte romana, pues por lo que pude comprobar, todavía queda por excavar más de la mitad de la superficie que se estima que ocupó la ciudad. Habrá que estar pendiente.

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sábado, 24 de abril de 2010

Las Floralia

Eentre el 27 de abril y el 3 de Mayo (en el día 4º de las calendas de Mayo) se celebraban en Roma las fiestas de las Floralia, dedicadas como su nombre indican a la diosa Flora y a todo lo que ésta representaba. Se festejaba con bailes y bebida, y toda la ciudad se llenaba de flores en honor a la renovación de la vida y al definitivo regreso de la vegetación a la tierra. En esos días, los ciudadanos cambiaban sus ropajes normalmente blancos por otros más coloridos, y el templo de Flora se llenaba de las múltiples ofrendas de leche y miel que se le hacían a la diosa. Estos días eran considerados por las prostitutas como la festividad que las representaba.

Se cree que Flora, en su origen, era una divinidad sabina que representaba la fuerza que hace renacer a la vegetación y que fue introducida por Tito Tacio a mediados del siglo II a.C. Fueron algunas localidades sabinas, de hecho, las que le habían otorgado a Flora la regencia del mes de abril. Flora también era venerada por muchas poblaciones itálicas.

Ovidio identificó a Flora con la ninfa griega Cloris, quien fue secuestrada por Céfiro, el dios del viento, para casarse con ella. A cambio de este sacrificio, otorgó a la muchacha el don de reinar sobre las flores, los jardines y los campos de cultivo. Posteriormente, Cloris regalaría a los hombres la miel que las abejas hacían de las flores y semillas para plantar, tal como la propia diosa le dice al poeta en su obra Fastos. Este mito del rapto de Cloris es exactamente igual al de Oritía por Bóreas, en la mitología griega. Ovidio nos cuenta otro mito relacionado con Flora, en el que le entrega a Juno una flor que tenía el poder de fecundar por sí misma a una mujer sin la intervención de un hombre, ya que Juno tenía celos de que Júpiter hubiese engendrado y dado a luz a Minerva él solo. de esta manera se cree que nació Marte, identificado con martius, el mes de marzo.

Flora tenía en Roma un sacerdote particular (flamen florales), uno de los doce flamines menores, que era el encargado de organizar los juegos de las Floralia.

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jueves, 15 de abril de 2010

Trebaruna

Hoy quisiera dedicarle una entrada a una divinidad lusitana poco conocida pero bastante importante en la zona de Galicia de Portugal por detrás de Ataecina y Endovélico. Su nombre viene del celta y quiere decir algo parecido a "hogar secreto", por lo que se ha deducido que podría tratarse de una diosa encargada de la protección del hogar. Posteriormente, los romanos la asociaron a su diosa Victoria, lo que se conoce gracias a la dedicatoria de un soldado estudiada por el especialista en mitología lusitana Leite de Vasconcelos. En cualquier caso, es una asociación bastante tardía cronológicamente hablando en cuanto a las inscripciones que conocemos en las que se menciona a Trebaruna.

Algunos autores han querido ver en el simbolismo de Trebaruna algo más que la protección del hogar, identificándola con la protección de toda una tribu o grupo humano unido por algo más que lazos sanguíneos. También se la asocia a las corrientes de agua o manantiales, basándose en interpretaciones lingüísticas de su nombre.

Trebaruna ha sido asociada en varias ocasiones a la diosa celta Morrigu en cuanto a protectoras del clan, por lo que podemos ver que Trebaruna a menudo aparece vinculada también a la batalla y a la guerra, a la muerte honrosa en el combate.

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sábado, 20 de marzo de 2010

El culto a Mitra

A pesar de que cuando escuchamos la palabra "mitraísmo" nos viene a la mente un culto practicado por los soldados romanos del Imperio, lo cierto es que su origen está en Persia, donde Mitra era considerado una divinidad solar. Sabemos de su origen porque su nombre es mencionado por primera vez en un tratado entre los hititas y los mitani del año 1400 a.C. Su culto era mistérico y se basaba en organizaciones secretas y exclusivamente masculinas, con un carácter esotérico e iniciático y de transmisión oral de iniciado a iniciado; es por esto seguramente por lo que no exista un corpus escrito acerca de este culto.

El culto a Mitra se llevaba a cabo en los templos llamados mitreos, que en origen fueron cuevas naturales y más tarde pasaron a ser estructuras artificiales pero que imitaban las características de una cueva en cuanto a oscuridad y tamaño; apenas podían contener a unas 30 personas. Todos los que se han descubierto guardan relación de cercanía con instalaciones militares y cuarteles.
Conocemos el mito de Mitra por la interpretación de las imágenes encontradas en estos mitreos, ya que como he dicho anteriormente, no existen fuentes escritas acerca de este culto. Parece ser que Mitra nació cerca de un manantial sagrado, bajo un árbol y junto a una roca también sagrados. En el momento de su nacimiento llevaba el gorro frigio que lo caracteriza, un cuchillo y una antorcha. Fue adorado por pastores.
En cuanto al toro, Mitra lo encontró en las montañas y tras muchos esfuerzos por hacerse con él, lo cargó sobre su espalda y lo llevó, aún vivo, hasta su cueva. Esto se ha identificado como un tránsito de corte iniciático. Una vez en la cueva, un cuervo avisó a Mitra de que debía sacrificar al toro, lo cual ejecutó con su cuchillo. La columna vertebral del toro se convirtió en trigo, y su sangre, en vino. De su semen, surgieron elementos útiles para el hombre. Después aparecieron el resto de animales que se muestran en las representaciones: el perro, que se alimentó del trigo; el escorpión, que aferró los testículos del toro; y la serpiente. Es de notar que en las imágenes, Mitra nunca mira al toro mientras lo degüella y suele poseer compasión en sus ojos.
Existían siete niveles de iniciación, que conocemos por un texto de San Jerónimo que confirma algunas inscripciones. Serían los siguientes: corax (cuervo), cryphius (oculto), miles (soldado), leo (león), perses (persa), heliodromus (emisario del sol) y pater (padre). La mayoría no pasaban del rango de leo y sólo unos pocos privilegiados accedían al resto de grados. Durante los ritos, cada iniciado llevaba la máscara de animal correspondiente a su grado.
En cuanto a los ritos en sí, todo lo que conocemos es por escritos cristianos, por lo que podría haber datos exagerados o directamente inventados para echar por tierra este culto. En los ritos no participaban mujeres; no existía sin embargo ninguna restricción en cuanto a la edad, ya que se sabe que fueron iniciados incluso niños. Se hablaba en griego, con algunos pasajes en persa, aunque seguramente con el tiempo se fue introduciendo también el latín. Se celebraba un banquete de pan y vino en el que los Cuervos eran los sirvientes de los demás; también se sacrificaba un toro, cuya sangre pudo ser utilizada para bautismos rituales. La festividad de Mitra se celebraba en torno al solsticio de invierno y también se le honraba los domingos, considerados días del Sol.
La decadencia del mitraísmo llegó con la sincretización que el emperador Aureliano hizo de esta religión con el nuevo culto del Sol Invictus. Esto no acabó con el mitraísmo, que continuó adelante como culto no oficial, pero sí fue el comienzo de su declive, ya que los devotos comenzaron a repartirse entre ambos cultos. Después el cristianismo fue robándole adeptos también hasta que el mitraísmo junto con el resto de cultos paganos fue prohibido oficialmente en el año 391.

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viernes, 12 de marzo de 2010

Endovelico

Endovélico es el dios principal del panteón lusitano en época prerromana. Es la divinidad de la que se conservan alrededor de un centenar de inscripciones y una de las pocas que no se sincretizó completamente con ningún dios romano, aunque en contadas ocasiones se ha asimilado a Esculapio por sus dotes sanadoras. Su nombre se ha traducido de dos maneras: como "el muy bueno" o "el negro". La más aceptada es la primera, aunque la segunda también tendría sentido ya que Endovélico está altamente relacionado con el inframundo, donde fue tras ser muerto por un jabalí, animal con el que se le relaciona.

Endovélico tenía también relación con las dotes adivinatorias especialmente a través del sueño. Para esto, tenía lugar un ritual llamado incubatio que se llevaba a cabo en el templo o altar del dios, pidiéndole ayuda o consejo. El devoto dormía allí mismo y se suponía que en sueños recibía el mensaje que necesitaba. Otros autores le relacionan también con el bosque y el renacer vegetal, ya que tras su estancia en el inframundo, llevaría consigo la primavera al volver a la superficie, acompañado por su consorte la diosa Ataecina.

Se le honraba mediante el sacrificio de cerdos, debido a la asociación del dios con los jabalíes (se han encontrado exvotos en forma de jabalí en zonas de culto), aunque también ha aparecido representado por un águila en algunas aras típicamente romanas. Se le otorga un carácter solar y ctónico, por lo que se le asocia también a la mina.

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miércoles, 17 de febrero de 2010

Diana

Diana está considerada la diosa de los bosques y de la caza, de la vida salvaje, de la luna, protectora de los niños y de los animales. También se consideró un emblema de la castidad y por ese motivo, tanto ella como la diosa Minerva fueron llamadas "vírgenes blancas". Fue asimilada muy pronto con la diosa griega Ártemis, y es uno de esos casos en los que los rasgos son tan parecidos que apenas podemos encontrar diferencias entre una y otra. Uno de los santuarios más importantes de Diana está situado en Aricia, cerca de Roma, junto al lago Nemi, donde se la conoce como Diana Nemorensis, Diana de los Bosques.

Se dice que los ritos practicados en este lugar tenían un carácter bastante salvaje. Los iniciados en su culto sufrían latigazos crueles hasta sangrar. Las sacerdotisas solían emborracharse a base de bebidas y pociones que les hacían tener visiones de la diosa. El sacerdote de la Diana de Nemi, el llamado Rex Nemorensis (Rey de los Bosques) podía ser muerto por cualquiera que quisiera sucederle, ya que a Diana le gustaban los sacrificios humanos. Existía en este lugar un enorme tabú relacionado con los caballos, los cuales no podían acercarse al templo, por lo visto porque los caballos habían sido la causa de la muerte de Hipólito, el primer sacerdote de Diana, al que ella misma salvó de Teseo tras haber sido resucitado por Asclepio. También se habla de la existencia de una cierva consagrada a Diana. Este animal gozaba de una extrema longevidad y su suerte estaba ligada a la de la ciudad de Aricia.
A pesar de la imagen que normalmente se tiene de ella, Diana es severa, cruel y vengativa. Si se resiente contra alguien, destruye cosechas, mata animales, envía epidemias e incluso puede exigir muertes humanas. Aplicaba el mismo rigor a las ninfas que las seguían, castigándolas duramente si cometían algún error, como fue el caso de Calisto, a la que transformó en osa y expulsó de su séquito por quedarse embarazada. El pastor Acteón, que la vio bañarse desnuda, fue transformado en venado y devorado por los perros de caza de la diosa.
En Roma se celebraba su festividad el 13 de agosto, teniendo su altar en el monte Aventino, por lo que su culto estaba considerado "extranjero" al no estar dentro de la propia ciudad de Roma, igual que pasaba por ejemplo con Baco. Durante esta fiesta, las mujeres acudían a pedir protección para el parto y los hombres aprovechaban para purificarse por los animales salvajes que habían matado.

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lunes, 8 de febrero de 2010

El dios Pan

Encontramos el origen del dios Pan en Arcadia, aunque su culto se extendió después a toda Grecia e incluso llegó a superar los límites del mundo helénico. Se lo consideraba regente de los rebaños y de los pastores. Su imagen era mitad hombre, mitad animal. Tiene dos pequeños cuernos en la frente y sus miembros inferiores son los de un macho cabrío. Es ágil y está bien dotado para la carrera; trepa por las rocas y se oculta entre la maleza con habilidad. Se dice que sus mayores placeres son el frescor de las fuentes y la sombra de los bosques, lo que encarna también los gustos de los propios pastores. Hay que añadir además su extraordinario apetito sexual que le hacía perseguir incansablemente tanto a ninfas como a muchachos. Los símbolos de Pan son una siringa, un cayado de pastor y una corona o ramo de pino.

Conocemos pocas leyendas acerca de este dios, y las que hay son producto de épocas posteriores, dado que muchos autores alejandrinos lo idealizaron para sus composiciones. Tampoco aparece mencionado en los textos homéricos excepto en uno que cuando la historia de su nacimiento. Tenía un aspecto tan mosntruoso que su madre se asustó, así que Hermens lo envolvió en una piel de liebre y lo llevó al Olimpo; a los dioses les encantó, especialmente a Dioniso. Le pusieron de nombre Pan, que en griego quiere decir "todo", porque les alegró a todos.

Pan estuvo enamorado de la ninfa Eco y de la diosa Selene, quien accedió a sus pretensiones a cambio de un rebaño de bueyes blancos.

En Roma se le identificó con el dios Fauno, protector de los rebaños, y de forma más general, con Silvano, el dios de los bosques. Es difícil distinguirlos en cuanto a sus cualidades, así lo mejor es fijarnos en su representación, ya que mientras Fauno aparece con forma humana pero cuernos de cabra y pezunas de macho cabrío, Silvano aparece como un anciano con la fuerza de un joven.

Existe una leyenda de tiempos de Tiberio en los que se afirma que una noche se escuchó una voz desde el mar que decía: "¡El dios Pan ha muerto!". Se ha interpretado como el símbolo del nacimiento del cristianismo y el fin del paganismo en el Imperio Romano, por lo que podemos pensar que Pan era el dios pagano por excelencia, y que su muerte representaba la muerte de las creencias pre-cristianas. En cualquier caso, esto no significa que el paganismo muriera en aquella época, puesto que encontramos prohibiciones imperiales de cultos paganos a finales del siglo II d.C., de lo que se deduce que el culto pagano continuó practicándose.

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martes, 2 de febrero de 2010

Marduk

Marduk era el dios tutelar de la ciudad de Babilonia. Llegó a su máximo esplendor durante el siglo XVII a.C., bajo el reinado de Hammurabi, cuando Babilonia pasó a ser la ciudad capital de todo el área mesopotámica, convirtiéndose también Marduk en el dios principal de todo el panteón. La principal fuente para conocer los rasgos y hazañas de este dios es el Enûma Elish, un poema que se escribió para explicar su llegada al poder y que cuenta sus gestas heroicas en el mundo de los dioses. También contiene los 50 nombres de Marduk.

El carácter original de Marduk es oscuro, pero posteriormente fue conectado con el agua, la vegetación, la magia y el juicio. Se le representa con forma humana y su símbolo es una serpiente-dragón. Estaba casado con Sarpanitu, diosa del parto, y tuvieron a Nabu, el dios de la sabiduría. Su festividad se llevaba a cabo en el equinoccio de primavera, cuando se leían algunos versos del Enûma Elish ante su estatua para conmemorar su victoria sobre Tiamat, que conllevó el control de las fuerzas primitivas del caos.

El origen de esta lucha lo encontramos cuando los dioses más antiguos, Apsu y Tiamat, fueron molestados por los ruidos que ocasionaban los dioses más jóvenes, Anu y Ea. Apsu decidio acabar con ellos pero Ea se adelantó, matando a Apsu y dando a luz a Marduk poco después. Tiamat, furiosa, se convirtió en dragón y creó un ejército de monstruos liderados por Kingu, quien tenía las Tablas del Destino atadas a su pecho.

Marduk se ofreció a luchar contra Tiamat a cambio de ser aceptado como rey por el resto de dioses. Partió a Tiamat en dos partes, que serían el cielo y la tierra, e hizo brotar de sus ojos los ríos Tigris y Eúfrates. Después mató a Kingu y usó las Tablas del Destino para crear el cosmos. Con su sangre creó a la humanidad y después fundó la ciudad de Babilonia para que fuera su templo.

Esta historia es comparable a las luchas entre dioses de distintas generaciones que existen en otras mitologías, como la Titanomaquia griega o la derrota de los Fomoré en Irlanda, y que por lo general traen a la tierra la civilización y el orden.

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miércoles, 27 de enero de 2010

Las Lupercales

Las Lupercales son unas fiestas celebradas en Roma alrededor del 15 de febrero en honor a Pan Liceo, también conocido como Fauno Luperco, "el que protege al lobo". Estas fiestas eran presididas por un cuerpo especial de sacerdotes formado por hombres (primero pastores, después gente de la aristocracia) que hubiesen vivido su adolescencia en los bosques, comportándose como lobos, mediante un rito de iniciación a la edad adulta. Se reunían en la gruta del Lupercal, situada en el monte Palatino, donde se supone que una loba había amamantado a Rómulo y Remo, enlazándose estas fiestas con el mito del origen de Roma, especialmente en los últimos años de la República.

Existía en ese lugar una higuera cuyas raíces se decía que habían detenido la cesta en la que iban los dos gemelos, salvándoles la vida. A la sombra de la misma, se sacrificaba a un perro y a un macho cabrío. Con el cuchillo manchado de la sangre de éste último se marcaba la frente de dos de los luperci, limpiándola después con un jirón de lana del mismo animal empapado en leche. Tras esto, estallaban en una gran carcajada ritual. Por último, se cortaban jirones de la piel de los dos animales, los februa, llamados así por la deidad sabina del mismo nombre o por uno de los sobrenombres de Juno, Februalis ("la que purifica"), siendo quizá el origen del nombre del mes de febrero. Cubiertos tan sólo con un taparrabos, salían corriendo alrededor del Palatino azotando a la gente, especialmente a las mujeres, con estos februa, a modo de purificación.

El origen de esta fiesta está en una leyenda según la cual durante el reinado de Rómulo y Remo, las mujeres de Roma quedaron estériles. Se pidió consulta a la diosa Jano, quien respondió diciendo que la solución era ser "fecundadas por un macho cabrío velludo". Los februa simbolizan el falo, y el acto de golpear con ellos a las mujeres, la fertilización. Para aumentar la misma, algunas mujeres se cubrían de púrpura, que además era el color que representaba a las prostitutas sagradas de los luperci (las lupas o lobas) y ejercían sus actividades en el Ara Máxima.

Probablemente esta fiesta se celebraba desde tiempos bastante antiguos. Tenemos una referencia de Cicerón en la que dice: "esta cofradía salvaje y agreste, de hermanos en figuras de lobos la unión silvestre de los cuales se estableció antes que la civilización y las leyes", de lo que se deduce que no estaba bien visto participar en ella (al menos desde el siglo I a.C) y que tenía un origen bastante antiguo. Hay diversas interpretaciones sobre el significado primario, aunque se pueden agrupar en dos tendencias: debido al protagonismo del lobo y la cabra, puede ser un rito agrícola en el que se honraba al lobo para que no atacara los rebaños; la segunda teoría, esgrimida por Tito Livio y Ovidio, es que era un homenaje al dios Pan o Fauno, el cual era representado con pezuñas y cuernos de macho cabrío. En cualquier caso, su origen parece estar ligado a celebraciones agrícolas y pastoriles, aunque por motivos políticos, con el paso de los años se fue ligando poco a poco al origen de Roma.

Esta festividad fue prohibida por el Papa Gelasio I en el año 494, sustituyéndola por la celebración de la Candelaria, centrándose en el significado de la purificación y obviando la parte de la fertilidad.

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lunes, 25 de enero de 2010

Perséfone / Proserpina

La primavera está a la vuelta de la esquina y eso quiere decir que la diosa Perséfone(Περσεφόνη),Proserpina para los romanos,está a punto de regresar a la tierra con su madre Démeter (o Ceres). Es por ello que voy a dedicarle un artículo en el que revelar otros aspectos de esa diosa aparte del de reina del inframundo, que es como más se la suele conocer. El mito del rapto de Perséfone por Hades es uno de los más importantes de la mitología clásica, ya que es el que da explicación a algo tan básico como es la alternancia del ciclo de las estaciones sobre la tierra. Además, es uno de los pocos mitos en el que aparece Démeter, la diosa de la agricultura y del verano, y es el que dio origen a los significativos Misterios de Eleusis.

Perséfone tiene otro sobrenombre que es el de Koré, Κόρη, que quiere decir "joven, muchacha, doncella", en contraposición al de su madre, Démeter, Δημήτηρ, que quiere decir "diosa madre"; además, Démeter tiene otro aspecto que es el de anciana, el cual adopta cuando Perséfone desaparece, por lo que juntan entre las dos figuras los tres aspectos de la mujer y los ciclos de vida, muerte y resurrección. Pero ahora vamos a centrarnos exclusivamente en la figura de Perséfone.

Los griegos temían a Perséfone en su faceta de diosa del inframundo e incluso se pensaba que era nefasto pronunciar su nombre en voz alta, llamándola preferiblemente "la Doncella". En la Odisea, Ulises se refiere a ella como la "Reina de Hierro" y habla de ella como un ser cruel (canto XI). En los Misterios de Eleusis, ella era la figura central, pues se supone que a los iniciados se les revelaban hechos secretos acerca de la diosa (su supuesto hijo nacido en el fuego, el Eón)y además, tenían una visión de su figura. Se les prometía la asistencia a una cena en los infiernos bajo la severa mirada de la diosa.

Perséfone tenía su propia festividad, la Antesforia, celebrada en Sicilia, donde supuestamente se llevó a cabo su secuestro por parte de Hades, y en el Peloponeso, aunque allí era menos popular. Ese día, se llevaban espigas de trigo a los templos como ofrenda.

La historia de Démeter y Perséfone es realmente de las más conmovedoras de la mitología griega, pues trata de sufrimiento de una madre a la que separan de su única hija para llevarla a los Infiernos, donde debe estar obligatoriamente ya que se encuentra encadenada al Hades por hacer comido un grano de granada, fruto asociado al Inframundo. Esto nos recuerda la advertencia que existen en otras mitologías acerca del peligro de ingerir alimentos del mundo de los muertos.

Pensar que el invierno y la esterilidad de la tierra es producto de la congoja de Démeter por la ausencia de su hija es realmente triste pero por fortuna, sabemos que el ciclo de las estaciones sigue imparable y que al final, Perséfone siempre vuelve con su madre.

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sábado, 23 de enero de 2010

Ataecina

Ataecina (también Atecina, Ataegina, Ategina, Adaecina, Adegina... depende de la zona) es una diosa a la que se rindió culto prácticamente en toda la Península Ibérica antes y durante la ocupación romana, al menos en los tres primeros siglos del Principado. La etimología de su nombre nos lleva a comprender su significado, "la renacida", lo que coincide con las atribuciones que se cree que tenía: una diosa ctónica del Inframundo, dueña de todo lo que hay bajo el suelo y que por tanto, favorece la fertilidad de la tierra, siendo también por ello diosa de la fertilidad y del renacer vegetal, es decir, de la primavera, aunque pueda parecer paradójico que una diosa infernal pueda serlo al mismo tiempo de la primavera. Esta teoría viene reforzada por las inscripciones de época romana en la que se la identifica (que no sincretiza) con la diosa Proserpina, quien habitaba en el Hades durante el invierno y volvía a la tierra para llevar la primavera.

Existen actualmente y según Juan Manual Abascal 36 inscripciones seguras acerca de Ataecina, la mayoría de las cuales se encuentran en Alcuéscar (Cáceres, Extremadura). También hay testimonios en Toledo y Cuenca y en Cerdeña, donde seguramente llegó el culto a Ataecina gracias a soldados mercenarios.

El culto a Ataecina se caracteriza por el levantamiento de altares y el uso de pequeños exvotos que bien podían tener forma de cabritas o bien podían ser cilindros en los que se tallaba un rostro de grandes ojos redondos combinados con otras formas geométricas que conformaban los rasgos de la cara. En las inscripciones se pide tanto su bendición como maldiciones, que podían ir desde una enfermedad ligera hasta la muerte. También se le pedía la curación de diversas dolencias. El centro del culto se encontraba en la ciudad e Turóbriga, la cual no se sabe si pertenecía a la Bética o a Lusitania, dando lugar a la posibilidad incluso de que existieran dos ciudades con ese nombre. También se ha pensado que más que una ciudad, pudiera tratarse de un lugar sagrado junto al cual se realizarían los ritos, y dado que es una zona de encuentro de varias tribus (vettones, lusitanos y celtici), quizá también sirviera de punto de encuentro y pactos entre las mismas. Junto a algunas lápidas se han encontrado huellas de patas de cabra, por lo que seguramente se sacrificarían estos animales para ofrecérselos a la diosa.

Es curioso destacar que muchos de los yacimientos en los que se han encontrado inscripciones y objetos dedicados a Ataecina se encuentren cerca de explotaciones mineras de hierro y estaño. Esto refuerza el carácter de diosa del Inframundo de Ataecina, ya que en varias mitologías, el dios del Inframundo es poseedor también de los metales y minerales ocultos en las entrañas de la tierra. Un ejemplo sería el dios griego Hades.

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domingo, 17 de enero de 2010

Las Matronae

Con el término Matronae nos referimos a tríadas de diosas asociadas con la fertilidad que fueron veneradas en zonas concretas de Europa entre los siglos I y V d.C. Aunque el origen se les supone bastante más antiguo (se ha relacionado con la cultura de La Tène, II Edad del Hierro), las representaciones plásticas que conservamos de ellas proceden de esta época, ya que la expansión de este culto se vio favorecida por el crecimiento de la cultura romana. Las zonas en las que podemos encontrar restos de este culto son Germania (especialmente la zona del bajo Rhin), la Galia oriental y el norte de Italia y de la Península Ibérica.

Estas diosas aparecen de tres en tres, rodeadas de frutas y animales, y normalmente con un pecho descubierto, aludiendo también de esa manera a la maternidad. Las inscripciones que se conservan están escritas en lenguajes celtas o germánicos y muchas veces dan gracias a estas divinidades por su protección, por lo que quizá se les podría aplicar también esta característica. En ocasiones, podrían ser asimiladas también a diosas de la tierra y adquirir nombres que aludían a los localismos de las zonas en las que se les rendía culto; es por esto por lo que muchas veces es complicado discernir en las inscripciones si se habla de ellas o de otras divinidades. Encontramos también nombres de estas diosas relacionados con etnias concretas, como por ejemplo las Hiannanefaticas, a las que los cananefates rindieron culto en la actual Holanda. Además, parece ser que las representaciones tienen bastante influencia grecorromana en cuanto al estilo artístico, por lo que también surgen debates en torno a algunas representaciones cuando se trata de vislumbrar su origen en este sentido.

He observado que en muchos lugares se trata de relacionar a las matronae con tríadas de diosas que, en realidad, tienen características que no se les pueden aplicar, como por ejemplo, la diosa irlandesa Morrigu. Aquí surge un problema de interpretación bien sencillo: las matronae simbolizan la fertilidad, la tierra (entendida como territorio) y la maternidad; si bien no voy a negar que Morrigu pueda tener estos atributos, es cierto que tiene otros que la alejan definitivamente de las matronae, por lo que no debemos caer en la tentación de lo fácil, que es asegurar que las representaciones de las matronae se pueden aplicar a cualquier tríada de divinidades femeninas. Un ejemplo que sí se podría aplicar sería el caso de la tríada de diosas de la tierra de Irlanda, Eire/Bamba/Fotla, puesto que simbolizan la tierra y la fertilidad, pero tampoco podemos decir que algunas de estas representaciones puedan ser ella, puesto que, lingüísticamente hablando, no podemos relacionar las inscripciones celtas de las matronae con el gaélico irlandés.

En cuanto al origen, si observamos la cronología de las inscripciones, podríamos casi asegurar al cien por cien que es celta y que efectivamente, podría provenir de la cultura de La Tène, ya que las primeras representaciones aparecen en la Galia. De ahí, pasan al norte de Italia, y por último, a los alrededores del Rhin, relacionadas con los ubios, una tribu germana fiel a Roma. Son zonas fuertemente romanizadas así que podemos confirmar que, aunque el origen de las matronae no es romano, sí que esta civilización asumió su culto y ayudó a difundirlo. Es más, quizá, si no fuera por las inscripciones celtas y germanas, los historiadores hubieran concluido que el origen de las matronae era romano.

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martes, 5 de enero de 2010

El culto al emperador

Es de sobra sabido que en la antigua Roma, con la llegada de la época imperial y el ascenso al poder de Octavio Augusto, se fue desarrollando un culto hacia el emperador en el que éste era considerado descendiente de alguna divinidad. Los precedentes de este culto los encontramos ya en la República, con Julio César, quien consintió que se levantara una estatua en su honor en el año 44 a.C. Asimismo, Augusto le dedicó un templo en Roma calificándole de "divino Julio", Divus Julius.
Poco a poco y con cierta timidez, podemos ir viendo como los sucesivos emperadores fueron adoptando estas costumbres. Augusto edificó un templo para sí mismo en Pérgamo y Tiberio, en Esmirna, aunque hemos de aclarar que estos templos no estaban dedicados a ellos en exclusiva sino que los compartían con el Pueblo de Roma, el primero, y con el Senado, el segundo, siempre según los Anales de Tácito.

Calígula rompió la tradición mandando construir numerosos templos y estatuas en su honor pero todas fueron destruidas cuando acabó su mandato. Claudio volvió a la austeridad de Augusto y Tiberio, construyendo sólo un templo, esta vez, en Britania. Es curioso que ninguno de estos emperadores ni sus sucesores realizaron la erección de estos templos en la propia ciudad de Roma, ni siquiera en Italia. Según Dion Casio, en Italia eran adorados simplemente como héroes, en el caso de que hubieran sido buenos gobernantes. Algunos emperadores, como Augusto, Nerón y Adriano, tuvieron también altares propios.

Por lo general, era raro que un emperador se autodenominase dios en vida.; sólo Domiciano se atrevió, causando un gran escándalo. Solían ser deificados a su muerte, por lo tanto, si su sucesor tenía una mínima vinculación con el fallecido, ya se consideraba "hijo de un dios", y por lo tanto, adquiría cierta divinidad sin resultar demasiado presuntuoso. Hay que especificar que entre el vulgo, era algo a lo que no se daba importancia e incluso en ocasiones se hacían mofas. Incluyo aquí una cita atribuida a Vespasiano en el momento de su muerte:

"Vae... puto deus fio! ("¡Ay de mí, creo que me estoy convirtiendo en dios!")"

Hay que aclarar algo importante y es que no debemos imaginar este culto como algo homogéneo realizado por el conjunto de la población. Al principio, se trataba simplemente del conjunto de rituales encaminados a ensalzar la figura del gobernante en cuestión y que consistían en sacrificios a los dioses pidiendo por la salud y la seguridad del emperador. Esto cambió después del mandato de Adriano, cuando el culto al emperador sirvió para descubrir a los cristianos. Se hizo obligatorio hacer una ofrenda de incienso al emperador, a cambio de recibir un certificado mediante el cual podían demostrar su lealtad al Imperio. Obviamente, los cristianos se negaban a hacerlo y era la manera de descubrirlos.

En ocasiones, este culto podía extenderse a la familia imperial y de hecho hay evidencias de varias mujeres que alcanzaron el sobrenombre de augusta, como por ejemplo Drusilla, hermana de Calígula, o Livia, esposa de Augusto, quien incluso dispuso de un templo propio en Ramnunte, Grecia.

Este culto finalizó con el mandato de Constantino I y la implantación del Cristianismo en el Imperio.

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