viernes, 27 de noviembre de 2009

Pactos de sangre

La sangre constituye una de las posesiones del hombre más valoradas a lo largo de la Historia. Ha sido transmisora de linajes, motivo de guerras, dadora de vida, excusa para mil y un cambios que se han producido a lo largo de la historia de la humanidad. Y cómo no, la sangre ha servido como muestra del honor a la hora de realizar un pacto, como símbolo de la entrega de la vida en una promesa y garantía del cumplimiento del más mínimo juramento. En las civilizaciones antiguas, nada había más importante que la sangre, pues contenía la vida. Diversos rituales de iniciación y de pactos con los dioses exigían el derramamiento del líquido rojo tan preciado.

Quizá el ejemplo que primero se nos viene a la mente es el escenario de la conjura de Catilina, quien intentó dar un golpe de Estado a la República Romana (según Cicerón). Se dice que en el ritual de conjuración que se celebró, todos los implicados realizaron un pacto en el que se bebió sangre humana producto de un sacrificio, aunque proveniendo este dato de Cayo Salustio Crispo, quien se dedicó a desprestigiarlo, seguramente se trate de una exageración o incluso una invención. En cualquier caso, esto no hace que el dato deje de ser llamativo, puesto que lo que escandalizó fue el hecho del sacrificio humano, no que se bebiera la sangre para pactar.

Tácito nos cuenta en sus Annales que Radamisto y Mitridates unieron las heridas de sus pulgares para hermanarse y sellar así una alianza militar. El texto aparece en el libro XII de dicha obra y es como sigue:


"Luego le lleva a un bosque sagrado cerca de allí, diciendo que tenía en él preparado el sacrificio para autenticar la paz con testimonio de los dioses. Usan aquellos reyes cuando hacen sus confederaciones asirse de las manos derechas, entremezclando los dedos unos con otros, y juntando los pulgares se los atan estrechamente, hasta que, recogida en las puntas la sangre, con un ligero corte se sacan algunas gotas de ella, y se la lamen el uno al otro. Esta suerte de confederación y amistad se tiene por la más sacramental y estrecha, al fin, como consagrada con la propia sangre."

También hay que decir que inmediatamente después, Radamistos traicionó a su tío Mitrídates...

Sin ir más lejos y acudiendo a las fuentes del Cristianismo, Jesús ofreció su sangre en forma de vino a sus apóstoles en una suerte de pacto y como muestra de fidelidad, y es un acto que lleva dos milenios repitiéndose en todas las iglesias cristianas del mundo como conmemoración a un hecho tan importante. En la Biblia hallamos bastantes menciones al pacto de sangre, como en Heb.9:19,20, cita en la que podemos leer lo siguiente:

"Porque habiendo declarado Moisés todos los mandamientos según la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos junto con agua lana e hisopo, y roció al libro mismo y también a todo el pueblo,""diciendo: Esta es la sangre del pacto, el cual Dios os ha ordenado"

Y como estos, otros ejemplos pueden ser encontrados a lo largo de las fuentes de no sólo la Historia Antigua. Lástima que esta comprensión de la sacralidad de la sangre se haya ido transformando en una excusa para menospreciar a ciertos colectivos a los que algunos se siguen empeñando en considerar "impuros". El hombre, como siempre, complica las cosas y las usa para su propio beneficio, especialmente si le sirven para quedar por encima de los demás...

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