miércoles, 19 de mayo de 2010

Ampurias

Hace un par de semanas he visitado la colonia griega de Ampurias así que he decidido escribir un artículo sobre la historia de esta ciudad. El nombre de Ampurias deriva del griego Εμπόριον, que significa "mercado" o "almacén comercial". Su importancia le viene por ser la primera colonia griega y romana de la Península Ibérica, una puerta de entrada no sólo de productos de consumo sino de toda una cultura que poco a poco fue introduciéndose entre los pueblos indígenas. Fue fundada en el año 575 a.C. por un grupo de foceos que la establecieron como enclave comercial para la zona occidental del Mediterráneo.

Cuando los griegos llegaron a la bahía de Rosas, encontraron allí a un pueblo indígena, los indiketes, que estaban a medias entre el Bronce Final y la I Edad de Hierro y tenían una economía basada en la agricultura y una ganadería de subsistencia. Los indiketes serían de los primeros pobladores en comerciar con los griegos.

Cuando los foceos arribaron a la costa, tenían un interés simplemente comercial. En un primer momento, no pretendían colonizar, así que desde el primer momento se dedicaron al intercambio de productos con gentes de la zona, que estimularon su producción de bienes de consumo para poder obtener lo que les ofrecían los griegos, especialmente el vino. Unos 25 años más tarde, lo que en principio era un puerto comercial se extendió un poco más hacia el interior, según nos cuenta Estrabón en su Geografía. De esta manera, pronto comenzaron a convivir griegos e indiketes. La población de la ciudad aumentó considerablemente cuando los foceos se vieron hostigados primero por los persas y después por los cartagineses, y buscaron refugio en Ampurias.

A partir de este momento, la ciudad vivió un gran esplendor durante el siglo V a.C., convirtiéndose en un punto clave del comercio mediterráneo. Los acuerdos políticos y comerciales que es establecieron con los indiketes favorecieron tanto a éstos como a los griegos, por lo que la zona siguió creciendo. Un siglo más tarde, empezarán a acuñarse monedas de tipo griego. Con el comienzo de las Guerras Púnicas, Ampurias se declaró aliada de Roma, favoreciendo así la llegada de los primeros romanos a la ciudad, que en principio serían soldados.

Ampurias nunca fue sumisa a la República Romana sino que existía una relación de igualdad, tal como nos cuenta Tito Livio en Ab Urbe Condita Los romanos se establecieron fuera de los límites de la ciudad griega, ocupando una zona tierra adentro y rodeándose con una muralla. Aún así, poco a poco los habitantes de la ciudad griega se fueron romanizando por el contacto hasta que durante el mandato de Augusto se concedió la ciudadanía romana a los habitantes griegos, pasando a ser considerada Ampurias una misma unidad, aunque en origen fuesen dos zonas diferentes. Indika, la ciudad de los indígenas, siempre permaneció independiente de la ciudad grecorromana.

El declive de Ampurias comenzó cuando se vio ensombrecida por las colonias próximas de Tarraco (Tarragona) y Barcino (Barcelona). En el siglo I d.C. la ciudad empieza a ser abandonada y algunos edificios comienzan a derrumbarse, aunque la parte romana de la ciudad conservó cierta importancia hasta la invasión normanda del siglo IX.

Es muy recomendable la visita a las ruinas. La visita está estimada en una hora y media pero mis acompañantes y yo estuvimos allí casi tres horas, aprovechando el buen tiempo y que apenas había gente. También es imprescindible echar una ojeada al Museo, que aunque pueda decepcionar por el escaso número de piezas expuestas, sí es cierto que es una selección muy acertada.

Esperamos que en los próximos años se hagan más descubrimientos acerca de Ampurias, especialmente de la parte romana, pues por lo que pude comprobar, todavía queda por excavar más de la mitad de la superficie que se estima que ocupó la ciudad. Habrá que estar pendiente.

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