lunes, 22 de noviembre de 2010

Los berones

Los berones son un pueblo prerromano de la Península Ibérica con un marcado carácter céltico, identificado ya por los cronistas romanos de la época como Estrabón. Se ubica en la actual provincia de La Rioja y su presencia allí está atestiguada desde el siglo II a.C., aunque se cree que podrían existir en la zona como comunidad transhumante desde el siglo IV a.C. asentándose dos siglos después. En el siglo I a.C. se les conocía por estar enfrentados directamente con Sertorio, según Tito Livio.

Los principales asentamientos fueron Vareia (capital de facto situada en los alrededores de Logroño), Libia (actual Herramélluri o Leiva), Tritium (actual Tricio) y Bilibium (posteriormente sería Bilibio) junto a las Conchas de Haro donde se separan las provincias de Burgos, Álava y La Rioja.

Vivían dispersos por las laderas de los montes en casas de planta cuadrada. Las únicas defensas con las que contaban eran los propios muros de las casas. Vivían fundamentalmente de la caza, la pesca y la recolección, y seguramente daban más importancia a la ganadería que a la agricultura, dada su tradición trashumante.

En cuanto a sus creencias, son similares a los de otros pueblos celtas. En varias ciudades riojanas se han encontrado altares vinculados a Mercurio-Lug y también figuras en honor a Epona.

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domingo, 14 de noviembre de 2010

Los edetanos

Los edetanos constituían el pueblo prerromano localizado al sur de la provincia de Castellón y al norte de la Comunidad Valenciana. Son mencionados por varios autores clásicos como Estrabón, Plinio el Viejo y Ptolomeo, aunque entre ellos existen algunas contradicciones en cuanto a la frontera norte, que Estrabón lleva hasta el río Ebro y Ptolomeo, a la actual Zaragoza.

Los edetanos se organizaban como un grupo de ciudades independientes que se confederaban cuando lo creían conveniente, como fue el momento de la conquista de Hispania por Roma. El líder de esta confederación, Edecón, en la época que nos ocupa, no tenía realmente más autoridad que los jefes del resto de tribus, sino que era considerado primus inter partes, el primero entre iguales. Las ciudades más destacadas son Edeta, Sucro y Arse, la actual Sagunto.

Los asentamientos que se conservan muestran una estructura basada en la calle central en torno a la cual se levantaban el resto de edificios. Esta zona comenzó a poblarse a partir de la Edad de Hierro y la mejora de las técnicas agrícolas, con el aumento demográfico que ello supuso.

En cuanto a la religión, se cree en la posibilidad de que existiese un pequeño santuario a Pales, diosa de los pastores, en la ciudad de Edeta antes de su destrucción en el 175 a.C. Esta diosa, sin embargo, no es íbera, sino una importación romana. En una cerámica tenemos la representación de la diosa Potnia, señora de los caballos relacionada posiblemente con Epona. En cualquier caso, parece ser que sus lugares preferidos de culto eran las cuevas y otros hábitats naturales.

Económicamente hablando, lo más seguro es que se dedicasen a la agricultura cerealística y a la horticultura en menor grado, aprovechando los bancales de los ríos. Tenían sus propias cecas, supongo que como resultado del contacto comercial con griegos, fenicios, etc.

El pueblo edetano está investido de una gran importancia pues su situación estratégica junto al Mediterráneo hizo que tanto romanos como cartagineses luchasen por su lealtad durante las guerras púnicas. Los edetanos cambiaron de bando según lo que más les conviniese.

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viernes, 12 de noviembre de 2010

Los pelendones

LLos pelendores fueron un pueblo celtibérico situado en el norte de la actual provincia de Soria, el sureste de Burgos y el suroeste de La Rioja. Apiano nos dice que estaban emparentados con los numantinos y los arévacos, siento éstos últimos los que les empujaron hacia Soria. Los pelendones son conocidos especialmente por la "cultura de los castros sorianos".

Existen cuatro ciudades principales: Numancia (hasta que se la apropiaron los arévacos), Augustóbriga, Viscintium y Savia, de la que no se conserva ningún resto arqueológico. Como es evidente, las cuatro ciudades estaban edificadas a modo de castros, estructuras típicas indoeuropeas de la Edad del Hierro. Se sabe que incluían murallas, torreones y fosos. Sus necrópolis eran los llamados campos de urnas, donde se enterraban las cenizas de los difuntos en recipientes cerámicos.

En cuanto a la religión que profesaban, conocemos los nombres de algunos de sus dioses gracias a la epigrafía, como Lugodes, Drusuna o las Matres, las cuales eran adoradas por varios pueblos indoeuropeos.

Su economía estaba condicionada por la zona en la que vivían, montañosa y boscosa. Tenían una agricultura escasa basada sobre todo en el trigo y la cebada, y ganadería vacuna, de la que obtenían leche y carne. También hay constancia de que se alimentaban de conejos y que el ganado ovino estaba dedicado principalmente a la obtención de la lana. No se han encontrado almacenes para excedentes por lo que se cree que en caso de existir el comercio, estaría dedicado al consumo inmediato de bienes y no al almacenaje de reservas

No se conocen demasiados datos acerca de su organización social pero se cree que es posible que la tierra pudiese estar dividida de forma comunal, al menos la mayor parte de ella; en cualquier caso, hay vestigios de pequeñas divisiones de parcelas por lo que quizá con el tiempo esas tierras fuesen heredadas, surgiendo algo parecido a la propiedad privada. Las relaciones entre los pobladores seguramente estarían basados en lazos de lealtad e interés que proporcionarían una gran cohesión interna.

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