viernes, 13 de enero de 2012

La lengua celtibérica

Consideramos como lengua celtibérica a aquel idioma hablado en el área central de la Península Ibérica (aprox. Celtiberia) entre el siglo II a.C. y el siglo I d.C., siempre basándonos en las inscripciones existentes. El número de las mismas está en torno a las doscientas, casi todas escritas en el alfabeto celtibérico pero otras en alfabeto latino, lo que nos ha permitido en ocasiones su lectura e interpretación. Los soportes en los que se encuentran estas inscripciones van desde monedas hasta cerámicas, pasando por losas de piedra y placas de bronce. Geográficamente, las ubicamos en el valle del Ebro y las cabeceras del Duero y del Tajo.

Parece ser que la escritura celtibérica es una adaptación de la escritura de los pueblos ibéricos nororientales. Se compone de valores silábicos y alfabéticos, dependiendo del tipo de consonante, y esta característica hace que realmente no se la pueda considerar ni un alfabeto ni un silabario, sino un semisilabario. Esto supone que determinados grupos de consonantes y vocales no puedan expresarse correctamente, algo que no sucede en la lengua íbera.


La lengua celtibérica conserva la mayor parte de la estructura gramatical que caracteriza al resto de lenguas celtas y a pesar de la dificultad a la hora de traducir e interpretar, se han podido conjeturar algunos de sus rasgos morfológicos, como por ejemplo las declinaciones o ciertas terminaciones típicas de lenguas indoeuropeas en cuanto a la conjugación de los verbos, aunque sólo conocemos dos. Su tipología es la de sujeto, verbo y predicado.

Es de suponer que existiesen variantes y dialectos de esta lengua, dada la extensión geográfica en la que se hablaba, pero no hay constancia de ello. Sí se ha hablado sin embargo de la lengua lusitana, la cual encontramos especialmente en numismática, pero parece ser que ésta se considera una lengua aparte de la celtibérica y no un dialecto.

Existen varios documentos básicos para el estudio y el conocimiento de esta lengua:

- Bronce de Botorrita:
Lo constituyen cuatro placas de bronce encontrados en Botorrita (Zaragoza). Dos de ellos parecen ser textos legales y otros dos, una lista de nombres.

- Bronce de Luzaga:
A pesar del pequeño tamaño de este bronce, su importancia reside en el hecho de que permitió descifrar el sistema dual de consonantes.

- Texto en Peñalba de Villastar:
Es un texto votivo escrito en alfabeto latino y el cual se ha podido traducir.

ENIOROSEI
VTA TIGINO TIATVNEI
TRECAIAS TO LVGVEI
ARAIANOM COMEIMV
ENIOROSEI EQVEISVIQVE
OCRIS OLOCAS TOGIAS SISTAT LVGVEI TIASO
TOGIAS


Cuya traducción podría ser: A Einor(o)sis y a Tiatú de Tiginos nosotros concedemos surcos y a Lugus un campo; a Einor(o)sis y a Equaesos Ogris somete las protecciones de la tierra fértil, a Lugus las protecciones de la tierra árida.

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