lunes, 30 de agosto de 2010

Los vascones

Los vascones fueron el pueblo prerromano que habitaba en la actual provincia de Navarra, noroeste de Aragón, noreste y centro de la Rioja y el este y el noreste del País Vasco. Los romanos describen esta tierra como despoblada a excepción de pequeñas tribus salvajes. A estas tribus indígenas (los que serían quizá llamados auténticos vascones, los que habitaban en la actual Navarra) se les unirían grupos celtas provenientes de Centroeuropa, que pasarían a ser llamados también vascones por instalarse en esa misma zona.

En cuanto al origen de los vascones, hay dos teorías principales. Una les hace descendientes de los íberos, para lo cual muestran como prueba la piedra de Botorrita, con inscripciones íberas. La otra teoría dice que los vascones tienen origen bereber y que llegaron a la Península Ibérica como resultado de emigraciones provenientes del norte de África. Personalmente, aún me falta información para decantarme por una así que de momento, no me pronuncio.

La economía de los vascones se basaba sobretodo en la ganadería y en la pesca y recolección, aunque al igual que otros pueblos del norte también se dedicaban al saqueo de tribus vecinas. La agricultura la practicaban aquellas tribus cercanas al valle del Ebro. Estrabón los define como un pueblo salvaje e indomable, ya que aunque fueron romanizados, nunca se adaptaron realmente a la vida romana y pusieron toda la resistencia posible.

En cuanto a la organización social, parece ser que existía una jerarquía social basada en la clase guerrera. Al igual que en otras tribus celtibéricas, cada clan elegía a un jefe de entre los más notables. Se sabe asimismo de la existencia de una especie de Consejo de Ancianos, lo que se cree adoptaron como herencia íbera.

Rendían culto a la Luna y a los bosques, y disponían también de augures que leían el futuro en las entrañas de víctimas que en ocasiones seguramente fuesen humanas.

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sábado, 28 de agosto de 2010

Los cántabros

LLos cántabros eran una tribu del norte de la Península Ibérica que ocupaba las actuales provincias de Cantabria, el norte de Palencia, Burgos y León y la parte oriental de Asturias. Estaban formados por distintas tribus que parece ser que colaboraban entre sí, sin existir ninguna que tuviese supremacía por encima de los demás. Los cántabros se caracterizan por la colaboración entre ellos en la lucha contra Roma, siendo de los pocos pueblos, si no los únicos, que no accedieron a colaborar con los romanos. El caudillo Corocotta parece ser quien organizó militarmente a las tribus contra Roma.

Parece ser que el origen de los cántabros se sitúa en torno a los siglos VII y VI a.C., pero no aparecen en los documentos hasta el siglo III a.C. Arqueológicamente, éste sería también el momento en el que comienzan a adquirir rasgos celtibéricos. Hay teorías que afirman que hasta ese momento, los cántabros hablaban una lengua preindoeuropea similar al protovasco pero que después adquirieron una lengua celtibérica. En cualquier caso, parece ser que el propio nombre de “cántabro” tiene una etimología céltica, pues se lo hace derivar de “cant”, piedra, y “abr”, región, por lo que hay quien traduce “cántabro” como “montañés.

Económicamente, su subsistencia era muy similar a la de sus vecinos norteños. Su alimentación se basaba en la bellota y en la ganadería menor, especialmente la cabra. Cazaban jabalíes y los que estaban cerca de la costa, pescaban. También hacían incursiones a las tierras de los vacceos y turmódigos. No conocían la moneda así que utilizaban el trueque.

La estructura social era matriarcal; es decir, la mujer heredaba los bienes y recibía la dote al contraer matrimonio. Las mujeres eran las encargadas de las labores agrícolas mientras los hombres se dedicaban a la caza y a la guerra. Sabemos por las fuentes romanas que los hombres llevaban túnicas atadas con un cinturón y que las mujeres llevaban vestidos con dibujos de flores, destacando el color rosa.

Tenían costumbres que asombraron a los romanos, como la de dejar a los enfermos en los caminos para ver si alguien que pasase por allí les podía curar, ya que ellos tenían conocimientos limitados. Almacenaban la orina de los animales para usarla para su higiene y parece ser que bebían sangre de caballo, aunque no olvidemos nunca que son datos aportados por cronistas romanos.

Tenían un culto basado en el animismo, venerando a montes, bosques, ríos, animales... Existen estelas solares y conocemos el nombre de un dios, Erudinos, aunque no sabemos qué carácter tenía. Se sabe de la existencia de un dios de la guerra que posteriormente fue asimilado a Marte y al que se sacrificaban caballos, cabras y prisioneros de guerra. Hay una inscripción dedicada a una diosa madre llamada precisamente Cantabria, aunque yo pienso que más que una diosa madre puede tratarse de una divinización del territorio. También hay un dios del mar que fue asimilado a Neptuno, aunque su aspecto era el de un joven con un collar de media luna y un delfín y un tridente en las manos.

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viernes, 27 de agosto de 2010

Los vacceos

Los vacceos ocuparon prácticamente la parte occidental de la actual comunidad de Castilla y León. Se cree que son descendientes de la cultura Hallstatt que tuvieron que emigrar desde el norte de Europa debido a la presión de los pueblos germánicos. Están documentados en las fuentes escritas desde el siglo III a.C., pero seguramente su antigüedad se remote tiempo atrás. La característica más destacada de este pueblo es su conexión con los pueblos del sur de la península, como Tartessos, debido a una ruta comercial de estaño, que sería conocida posteriormente por los romanos como Vía de la Plata, ya que éste era el metal que se importaba desde el sur. Este contacto pudo posibilitar la evolución cultural de los pueblos del interior.

Destaca entre la arqueología dedicada a los vacceos un cambio fugaz en su arquitectura, pues existe un cambio de la llamada Cultura del Soto con sus cabañas circulares de adobe con techumbre cónica a las conocidas como oppidas vacceas, ciudades más urbanizadas y con casas rectangulares. Los restos arqueológicos dan muestras de incendio en algunos yacimientos así que podemos pensar que la destrucción de las aldes favoreció una reconstrucción de las casas en las que se introducirían también estas novedades.

En cuanto a su economía, Diodoro es quien nos informa de la práctica de algo parecido al “colectivismo agrario”; es decir, cada año las tierras se repartían, poniéndose en común los frutos. Aclaro que esto no quiere decir que tuvieron un concepto de “igualdad”, ya que hay evidencia de diferencias sociales en los ajuares funerarios. Suponemos entonces que se reparto se haría en función de las necesidades y del rango. Se cree que seguramente se dedicaban al cultivo cerealístico, aparte de por las grandes extensiones que requiere, porque se sabe que los vacceos abastecieron a los numantinos en más de una ocasión y también porque se han hallado restos de silos y almacenes para el grano. Hay que destacar, siempre según Diodoro, que existían una pena de muerte para los que no cumplieran con el reparto del grano.

Existía una jerarquización social basada en la diferenciaión entre equites e infantes; es decir, los guerreros que tenían caballo y los que no. Así, por medio de las tumbas y sus ajuares, vemos que los ancianos que habían sido soldados en su juventud gozaban de un gran prestigio entre el resto de la sociedad. Solían llevar vestidos de lana negra, la cual obtenían de cabras salvajes. Parece ser que hay evidencias de que tenían esclavos.

En cuanto a las creencias, se basaban en el animismo que desarrollaban hacia ríos, montañas, etc. También hay constancia del culto a Lug, Epona y a las Matres, aunque creemos que esto es posterior y que sus formas antropomorfas vienen influidas por otros pueblos. No hay constancia de un sacerdocio institucionalizado.

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miércoles, 25 de agosto de 2010

Los astures

El territorio de los astures comprendía la actual comunidad autónoma de Asturias, las provincias de León y Zamora, y parte de Lugo, Orense y Braganza, ésta última ya en territorio portugués. Se cree que su “composición” étnica sería una mezcla de población autóctona y grupos centroeuropeos. No formaban un grupo unitario sino que parece que se trataba más bien de pequeñas aldeas autosuficientes organizadas en comunidades locales. Esto se ha visto no sólo en la cerámica, que presenta peculiaridades regionales, sino también en la lengua, en la que destacan aún así términos comunes provenientes del celta indoeuropeo. Floro, Plinio el Viejo, Ptolomeo, Estrabón y más tarde, San Isidoro, son las fuentes clásicas en las que se habla de los astures.

Se cree que el término “astur” viene porque esta tribu habitaba principalmente en las orillas del río Astura (actual Esla), cuya etimología vendría a significar “paso difícil”. También se lo ha hecho provenir del euskera ura (agua), asturu (suerte), aztikeria (magia), aztura (costumbre), y en este caso vendría a ser la manera en la que los vascones denominaban a los celtas. Personalmente, me inclino más por la primera teoría ya que en toda Europa existen topónimos relacionados con ríos con la misma raíz etimológica. Además, se deduce la importancia del río para estas tribus ya que en sus aguas se han encontrado espadas, depositadas allí a modo de ofrenda votiva al propio río.

La estructura social de los astures era matrilineal, es decir, que era la mujer la que heredaba y por tanto, la que poseía los bienes de la familia. Según Estrabón, el hombre entrega una dote a la mujer y las hijas heredaban y se encargaban de buscar esposa a sus hermanos. También se ha encontrado entre los astures la práctica de la “covada”, es decir, que la mujer seguía trabajando nada más dar a luz mientras el hombre permanecía en la cama cuidando del bebé. Muy característico de esta zona era también el vestido tejido con lana negra de ovejas xaldas, una especie autóctona. Sus leyes permitían despeñar a los criminales y lapidar a los parricidas.

Respecto a la economía, se basaba principalmente en la ganadería (cabras y cerdos sobretodo) la cual se complementaba con una agricultura no intensiva de cebada, escanda y lino. En invierno consumían principalmente bellotas y sus derivados. Debido a esta escasez en productos agrícolas, solían hacer bastantes incursiones a las tierras de los vacceos, que tenían una agricultura mucho más rica y mejor desarrollada. Se sabe que mantenían un intenso comercio de metales con la zona atlántica, lo que posibilitó la aparición de una élite guerrera que dominaba este comercio.

En cuanto a las viviendas, se organizaban en castros con casas circulares o elípticas, rodeados por murallas y fosos a partir del siglo VI a.C. No existía ningún orden urbano sino que las casas se apelotonaban. La zona más occidental fue teniendo cada vez más influencia celta mientras que las regiones orientales se acostumbraban a los modos continentales, adoptando incluso la forma rectangular de las casas, pero toda esta evolución se detuvo con la llegada de los romanos.

La religión practicada por los astures no es demasiado conocida pero gracias a la epigrafía sabemos de los nombres de algunos de sus dioses: Bodo, Camenio, Caraedudi, Cosiovio... y algunos sincretismos con el panteón romano como Júpiter Candamus. La simbología típicamente indígena que aparece en las estelas funerarias se basa en signos astrales, el caballo y el ciervo.

A la llegada de Roma, tras varias escaramuzas y ataques a traición aprovechando lo escarpado del terreno, los astures se sometieron a los romanos e incluso formaron parte de sus tropas auxiliares gracias a su experiencia en el arte de la batalla a caballo, utilizando los famosos asturcones. Se sabe de presencia de guerreros astures en prácticamente todas las fronteras del Imperio Romano.

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lunes, 9 de agosto de 2010

Los galaicos

Conocemos como galaicos al conjunto de tribus localizados en el noroeste de la Península Ibérica, ocupando la actual Galicia y limitando al este con los astures y al sur con los lusitanos. Habría que excluir del territorio gallego parte de las comarcas de Orense y Lugo donde habitaban astures. Se cree que el nombre de galaicos viene de callaecos y éste a su vez del antiguo irlandés caill, galés celli y córnico kelli, quedando patente su origen celta, en cualquier caso.

Una de las características más determinantes de estos pueblos eran sus asentamientos en forma de castros, de los que aún hoy quedan numerosos vestigios (más de dos mil). Estos poblados con casas de forma circular se usaban también en el resto de Europa durante la Edad de Bronce y la Edad de Hierro, pero concretamente en esta zona de la Península Ibérica sirvieron para denominar como “cultura de castros” o “cultura castreña” a estos pueblos, antes de la llegada de los romanos. Tras la Pax Romana, muchos abandonaron los castros para irse a vivir a los valles pero en realidad esta forma de habitar nunca se dejó del todo.

Su economía se basaba sobretodo en la ganadería, la caza y la recolección, si bien también cultivaban la tierra aunque en menor medida y limitándose a la cebada, la escanda y el cerro. Según los autores romanos, se trataba de sociedades matriarcales y democráticas en las que el jefe de la tribu era elegido por los representantes de los clanes, quienes a su vez eran elegidos por los miembros del clan. En cualquier caso y a modo de opinión personal, pienso que lo más seguro es que más que tratarse de una democracia, se tratase de una aristocracia y que este tipo de decisiones relacionadas con jefes y representantes quedasen en manos de la clase guerrera. Así mismo, el sentido de la palabra “matriarcal” en este contexto hay que explicarlo en cuanto a que la mayoría de las actividades económicas eran realizadas por las mujeres y que la herencia de bienes se trasmitía por vía femenina.

Sabemos por primera vez de los galaicos gracias a Apiano, quien nos informa de que se aliaron con los lusitanos y los vetones para enfrentarse a los romanos. Sin embargo y aunque tras la llegada de Julio César a la región los ánimos se calmaron, nunca hubo una romanización propiamente dicha en esta zona sino más bien control político y militar.

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jueves, 5 de agosto de 2010

La Hispania prerromana

Entendemos como pueblos de la Hispania prerromana todas aquellas tribus que ocupaban un espacio más o menos definido en la Península Ibérica, que desarrollaron características propias que permiten hacer una diferenciación más o menos clara entre unos y otros. Como se puede ver en el mapa, la realidad étnico-cultural inmediatamente anterior a la llegada de los romanos era bastante compleja, ya que había más tribus de las que aparecen en la imagen y seguramente existieran grupos que hoy desconocemos.

Respecto al origen de estos pueblos, hay varias teorías según la zona de la que hablemos, aunque no todas están confirmadas. Expongo aquí las más populares aunque también son discutibles:

- Origen tartésico: se aplicaría al sudoeste penínsular y estaban considerados los más civilizados.
- Origen íbero: englobaría a los habitantes del Levante, incluyendo algunas áreas de Aragón y del interior de Cataluña también. Se cree que era población autóctona (aunque está sin demostrar) y con raíces no indoeuropeas.
- Origen celta: habitantes de la Meseta y del centro peninsular, llegados con las invasiones del siglo VIII a.C., guerreros y dominadores.

La estructura de estos pueblos era tribal, basada en la acumulación del poder en torno a la figura de un rey o caudillo y no llegaron a establecer auténticas ciudades; quizá este paso llegó a darse en Tartessos, donde hay pruebas de la especialización del trabajo y un comercio organizado. Se dice que la evolución de estos pueblos hacia la Edad de los Metales fue a través del comercio con los griegos y fenicios, que hizo que estas novedades fuesen extendiéndose por todo el territorio, aunque yo abogo más por una teoría quizá más evolucionista: las novedades y adelantos fueron surgiendo de forma interna en cada pueblo, seguramente por iniciativas individualistas, y obviamente, fue avanzando y perfeccionándose con el contacto con sus vecinos y pueblos extranjeros.

Todos estos pueblos, en especial los de la Meseta, se basaban en una economía básica agrícola de trigo y cebada y especialmente ganadería bovina, ya que era símbolo de riqueza. También se practicaba la caza mayor de jabalíes y ciervos. Todos estos cambios favorecieron que se necesitasen mejores herramientas. Esta economía se complementaba con el cultivo de pequeños huertos. Aunque se ha mencionado el cultivo de plantas medicinales, personalmente no lo veo probable dado el crecimiento espontáneo de estas especies en la propia naturaleza y de manera abundante.

En cuanto a su labor industrial, ésta se centraba en la cerámica y en la metalurgia, destacando especialmente los trabajos de joyería. La construcción de viviendas era bastante rudimentaria en cuanto a materiales, basados principalmente en la piedra y el barro, aunque se han encontrado restos de madera también en especial usada como postes. La estructura era circular y unifamiliar, con un hogar en la parte central.

Poco a poco iré desarrollando las características de cada pueblo para comprender las diferencias entre unos y otros, más allá de la localización geográfica. Veremos cómo la forma de vida de cada uno de estos pueblos depende en gran medida del clima y de su entorno y de qué manera les afectan las relaciones con los pueblos vecinos.

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