jueves, 22 de julio de 2010

Los dioses hititas

Por lo general no hay demasiado interés hacia el pueblo hitita y las referencias a él suelen ser en relación a las guerras que mantuvieron con el faraón Ramsés II. Sin embargo, constituyeron uno de los más grandes imperios de la Antigüedad hasta su desaparición a manos de los Pueblos del Mar y los bárbaros kaska. Los hititas contaron con una gran organización social, política y militar que les hicieron dominar gran parte de Oriente Próximo a lo largo del tiempo. Pero en esta ocasión voy a hablar de su religión y sus dioses, harto desconocidos pero no por ello menos interesantes, ya que nos dan una idea bastante aproximada de la mentalidad de este pueblo del que sólo se parece conservar una imagen guerrera.

La religión de los hititas ha sido llamada “de los mil dioses”, debido a las numerosas divinidades que conformaban su panteón. Por supuesto, no todo eran dioses propios sino que también adoptaron a los de otras culturas cercanas geográficamente y con las que tenían contactos comerciales. Los reyes eran considerados escogidos por los dioses y eran los responsables de llevar a cabo los ritos religiosos, por lo que si algo malo sucedía, se culpaba al rey por no ritualizar correctamente.

Entre todos los dioses destaca Teshub, dios del trueno y de la lluvia. Era adorado principalmente en la actual Kurdistán. Era representado como un guerrero con casco, hacha y un triple rayo en la mano, y montaba sobre los toros Seri y Hirru (Día y Noche). Estaba casado con Arinna, diosa del sol, aunque se cree que este nombre no es el de la divinidad sino el del lugar donde se le rendía culto, por lo que había que decir “diosa de Arinna”. Teshub y Arinna tuvieron a los dioses de la tormenta Nerik y Zippalanda y a Telebinu, la divinidad agraria, entre otros, de quien existe un mito en el cual se enfada y se va a pasear por las estepas, dejando que los campos no germinasen, que los manantiales se secaran y que los animales no procreasen, lo que nos recuerda a las consecuencias que tiene la ausencia de la diosa griega Démeter mientras busca a su hija Perséfone.


Otra diosa importante era Aserdus, diosa de la fertilidad que estaba unida a Elkunirsa, el creador del universo. También encontramos a Sausga, que era el equivalente hitita a la diosa Ishtar. Por supuesto, existía también la figura de la Diosa Madre llamada Hannahanna y una diosa de la sanación, Kamrusepa.

En cuanto a los mitos, no se conocen demasiados pero los que hay reflejan prototipos que también se encuentran en otras mitologías, como por ejemplo la babilónica. Así, encontramos que Teshub, antes de ser dios del cielo, tuvo que vencer a su padre Kumarbi, quien a su vez derrotó a su padre Anu, quien sustituyó al creador Alalu. Teshub también tuvo que vencer a una criatura peligrosa para afirmar su poder, el dragón Illuyanka, y fue ayudado por una de sus hijas.

Leer más...

miércoles, 21 de julio de 2010

Las Motillas: el Bronce Manchego en Ciudad Real

Las motillas son unas fortalezas circulares dispuestas en anillos concéntricos en torno a una gran torre central. Constituyen una de las estructuras más características de la Península Ibérica y se encuadran dentro del Bronce Manchego (2200 - 1500 a.C.) Se separan unas de otras unos cuatro o cinco kilómetros y se encuentran junto a ríos, humedales y lagunas típicas del área manchega. Las mayores concentraciones se encuentran en el municipio de Daimiel y en torno a las Lagunas Ruidera, aunque quedan aún muchas estructuras por estudiar y se cree que a lo largo del Guadiana y sus afluentes pueden aparecer más.

Al principio se tomó a la cultura de las Motillas (llamadas Morras en Albacete para diferenciar que las primeras estaban construidas sobre llanos, y las segundas, sobre cerros) como una extensión de la cultura de El Argar pero poco a poco se ha descubierto que se trataba de una manifestación indígena sobre la cual se desarrollaría más tarde la cultura íbera, con influencia de el Argar y el Bronce Valenciano, pero con características propias, cuya principal de todas es, paradójicamente, la ausencia casi total de objetos de bronce. Respecto a su población, se trataba de habitantes sedentarios dedicados sobretodo a la agricultura y la ganadería.

La función de las motillas era la gestión y acumulación de los recursos económicos. Existen pozos para almacenar el agua, silos para el cereal (cebada y trigo), zonas habilitadas para el ganado (ovejas, cabras y cerdos) e incluso se realizaba cerámica y otras actividades artesanales en su interior. Los enterramientos se basan en inhumaciones en las que el muerto era colocado en posición fetal dentro de un agujero en el suelo que en ocasiones era reforzado con mampostería o lajas, adosados a los muros de las casas o a la muralla, pero siempre coincidiendo con los límites del poblado. Los niños se enterraban en vasijas, Los ajuares son escasos y poco representativos, tan sólo hay algunos puñales y vasos de cerámica en algunos enterramientos de adultos.

La organización y estructuración de las motillas da pie a pensar en que existía entre estos pobladores una jerarquía social y política que se encargaba de gestionar y coordinar los trabajos que conllevaban la construcción y mantemiento de estas estructuras y sus habitantes.

Leer más...